https://issuu.com/centronacionaldehistoria/docs/julio_de_armas_malaspina
JULIO DE ARMAS .BIOGRAFÍA ESCRITA POR EL DR. EDGARDO MALASPINA
JULIO DE ARMAS. RECTOR DE LA DIGNIDAD
lunes, 22 de marzo de 2021
domingo, 16 de agosto de 2015
domingo, 9 de agosto de 2015
BAUTIZO DEL LIBRO "JULIO DE ARMAS RECTOR DE LA DIGNIDAD"
MIÉRCOLES, 10 DE DICIEMBRE DE 2008
BAUTIZO DEL LIBRO SOBRE JULIO DE ARMAS
DE IZQ. A DER: DR.JOSÈ GÒMEZ, DIRECTOR DEL DOCTORADO EN
MEDICINA DE LA UC;DRA. MARÌA LUISA MALDONADO, RECTORA DE LA UC; Y LA DRA. JESSI
DE ROMERO, RECTORA RECIÈN ELECTA.
BAUTIZADO LIBRO SOBRE JULIO DE ARMAS
En la Galería Braulio Zalazar de La Universidad de Carabobo
fue bautizado el libro JULIO DE ARMAS, RECTOR DE LA DIGNIDAD, escrito por el
Dr. Edgardo Malaspina, con motivo del centenario del nacimiento del destacado
galeno guariqueño, nacido en Guayabal. Julio de Armas fue rector de la
Universidad Central de Venezuela, Ministro de Educación y embajador en
Argentina.
Fue uno de los primeros e realizar un diagnóstico de las
enfermedades en el Estado Guárico , en una investigación que publicó con el
nombre de EL PROBLEMA DE LA INSALUBRIDAD RURAL EN EL ESTADO GUÁRICO, obra con
la que ganó el Premio Alejandro Prospero Reverand. Julio De Armas reabrió la
Universidad de Carabobo, que permaneció clausurada durante la dictadura de
Pérez Jiménez, propugnó el proyecto para la creación de la Universidad de
Oriente , y formó parte de la Comisión Asesora para la creación de la
Universidad Rómulo Gallegos.
Así mismo fue el principal defensor del Alma Mater
guariqueña cuando se pretendió intervenirla poco después de su creación.
El libro, que forma parte de la colección denominada Nombres
Propios, perteneciente a las ediciones conmemorativas de los 50 años de la
reapertura de la Universidad de Carabobo, tiene prólogo escrito por el Dr. José
Ramón López., quien dirige el doctorado de Ciencias Médicas de esa casa de
estudios. Edgardo Malaspina agradeció a las autoridades de la Universidad de
Carabobo el homenaje que se le rindió a uno de los médicos guariqueños más
destacados de todos los tiempos. El bautizo , con pétalos de rosas, estuvo a
cargo de la rectora saliente, Dra María Luisa de Maldonado , y la entrante Dra.
Jessi de Romero.
miércoles, 5 de agosto de 2015
BIOGRAFÍA COMPLETA DEL DR. JULIO DE ARMAS. AUTOR: DR. EDGARDO MALASPINA
DR. JULIO DE ARMAS
(1908-2008)
ESBOZO BIOGRÁFICO
Edgardo Malaspina
2008
ÍNDICE
Pág.
Introducción.
CAPÍTULO I
Los ancestros.
CAPÍTULO II
El estudiante de la Promoción Leopoldo
Aguerrevere.
CAPÍTULO III
Médico
militar.
CAPÍTULO IV
El
embalsamamiento de Gómez y la participación del Dr. Julio De Armas.
CAPÍTULO V
El Dr.
Julio De Armas recorre el campo venezolano y realiza
investigaciones
médicas. EL Premio Alejandro Próspero Reverand.
CAPÍTULO VI
Rector
de La Universidad Central
de Venezuela (1948-1952)
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
El
ecologista. El Premio Henry Pittier.
CAPÍTULO IX
Ministro
de Educación (1958)
CAPÍTULO X
Embajador
(1959-1962)
CAPÍTULO XI
Presidente
de la Academia Nacional
de Medicina (1984-1986)
CAPÍTULO XII
Interés
por la Historia
Bibliografía.
Hoja
curricular del autor
INTRODUCCIÓN
El escritor
Dario Laguna comparó a Julio De
Armas con Simón Rodríguez por sus ideas sobre el trabajo y la formación del
hombre; con José Maria Vargas por su probidad y la consagración a la Medicina , la educación y
el estudio de las enfermedades tropicales; con Francisco Lazo Martí por el halo
poético que animó su vida; y con Monseñor Arturo Celestino Alvarez por su
bondad y pureza del alma.
Wolfang Larrazábal, ex-presidente de
Venezuela dijo de nuestro biografiado “Si hay hombres honestos en nuestro
país ése es Julio De Armas y que con su
extraordinaria fe que tiene en los pueblos, junto con él se puede hacer bien
para la patria”. Ramón Díaz Sánchez
elogió la pluma de De Armas, la cual, según su apreciación reflejaba los
problemas del país . Carlos Díaz Sosa lo
asocia al llano. Ismael Puerta Flores lo
definió como “hombre preocupado y apegado a todo aquello que requiere observación
y salvaciones de pueblo y tierra”.
José León Tapia definió a Julio De Armas como
un venezolano auténtico. Santiago Betancourt Infante afirmó: “...Bien
vale recordar a un universitario de la talla de Julio De Armas... Recordarlo es
vivir en toda su emoción y profundidad la historia de la Universidad venezolana
en las duras pruebas de la represión política, cuando la dictadura se enseñoreó
sobre los penachos humanos, científicos e intelectuales del Alma Mater”.
El presente esbozo biográfico pretende rendir un sencillo pero
merecido tributo a la memoria del Dr.
Julio De Armas en el centenario de su nacimiento ( Guayabal, Edo. Guárico 25 de
octubre de 1908- Caracas 28 de julio de 1990) , un médico ejemplar que desde
las trincheras que le tocó luchar, bien sea la del Rectorado de la UCV , como Ministro de
Educación, Embajador, Presidente de la Academia Nacional
de Medicina, en el campo o en su consultorio fue portador de un sentimiento
puro de venezolanidad, signado por la fe y la
perseverancia en el trabajo creador y por el amor inmenso a la Patria.
CAPÍTULO
I
LOS
ANCESTROS
“...Quiero
remontarme años atrás, buscando el origen de mi inclinación hacia los estudios
médicos y de todo aquello que mueve los actos de mi vida, y me detengo y me
inclino ante el hombre a quien debo lo que soy. Padre: cuando en mi espíritu
sembraba tu ejemplo , deseos de hacerme digno de ti, también soñé como tú
cristalizar algún día tus nobles esfuerzos. Si este empeño tiene algo de
laudable para ti y mi adorada madre, lo
consagro en prueba amorosa de gratitud”
(Julio De Armas)
El Dr.
Julio De Armas escribió sobre sus ancestros, y especialmente sobre su
progenitor, el Dr. Julio De Armas Matute,
en el libro “Presencia de un hombre. Biografía de mi padre”.
Esta obra , que recoge parte de la vida de los pioneros de su familia o
de gente con los apellidos de sus padres sin pretender que sean
necesariamente sus familiares , consta de
trece capítulos: El ampo en la sangre y en el tiempo; Rama troncal paterna; El hato hogar; Cuna, infancia y profesión ; Misionero del
amor ; Agua amarilla, almáciga de esfuerzo y fe; La vieja Secunda; Revés y
éxodo; Alma de olivo y vertical de roble; Caracas, cenit del esfuerzo; Maracay , tránsito profesional; Vuelta a la capital;
y , Presencia ante la muerte.
El apellido Armas es de raíz hispánica y es tradicional en las
Islas Canarias. El rey Juan II de Castilla concedió en nominativo De Armas a
unos armeros reales. En Venezuela el apellido fue diseminado por cuatro
hermanos : Doroteo, Calixto, Vicente María y Sebastián de Armas. Los primeros
de Amas se asentaron en el pueblo de San Lorenzo, al norte del Estado
Anzoátegui.
Nadie es indiferente cuando sobreviene
la guerra de independencia. Doroteo se
hace realista; mientras que Vicente
María y Sebastián se van con los patriotas. El Libertador dijo una vez : “Si
hay un hombre honrado hay que nombrar a
Vicente María..”En 1820 el coronel realista
Juan De Armas se pasa al bando de los patriotas. Triunfa en muchos combates
y su nombre figura en el Monumento de los Próceres de Caracas.
Ante de partir para Urica, Boves fusiló a varios vecinos de Barcelona,
entre ellos uno de apellido Armas.
Un oficial republicano de apellido Matute
aparece entre los contendores de Boves. Por otro lado, el coronel republicano Domingo Lope Matute, nacido en
Calabozo, se destacó en el ejército de Ayacucho, dirigido por Sucre. Luego
luchó junto a los patriotas argentinos . Murió fusilado.
José Antonio De Armas, de Cumanacoa, aparece combatiendo en 1818. En 1820 el
teniente de Caballería Pedro Pablo Armas combate bajo las órdenes del general
José Francisco Bermúdez en la
División de Barlovento. Amador Armas fue teniente de
Milicias. José Antonio Páez ascendió a Baltasar Armas al grado de capitán del
Ejército .En 1868 el general José Tadeo Monagas nombró a Evangelista Armas como
Alférez de la 1 Compañía del Escuadrón Nro 5 de milicias de reserva del Cantón
Capital de la Provincia
del Guárico.
En 1828 el teniente de Infantería José Armas obtuvo el Primer Premio de la Constancia. En el
Ejército de Maiquetía está registrado el subteniente Luis Armas. En 1834 el
médico le diagnostica al teniente Manuel
Armas “una hemicránea crónica que le
repite por intervalos muy largos, pero que en sus accesos experimenta una
disminución de la vista; esta enfermedad considérase como un efecto de una plétora venosa en el
cerebro causada por el sol y el sereno…”
El general Juan C. Falcón ascendió en 1863 a Trifón Armas al grado
de coronel. En las filas de la federación combate el coronel José Rosario Armas
en 1859. En el pueblo de El Valle da misas el Padre Juan Antonio de Armas en la
segunda mitad del siglo XIX. Ramón Hernández de Armas figuró como secretario
del general Miguel de La Torre
en la batalla de Carabobo. Morales tuvo un segundo jefe de Armas. Con Piar
y Monagas combaten soldados con el
apellido de Armas.
En contexto internacional está el
poeta cubano Augusto de Armas, autor de Rimas Bizantinas, citado por Rubén
Darío. José Ignacio de Armas fue políglota y
filósofo, autor de muchos libros.
Los descendientes del Don Calixto De Armas, en Anzoátegui, suprimieron
el “De” del apellido. Se ignora el origen del cambio de la letra D en mayúscula
por esa letra en minúscula en el apellido. Don Doroteo, el bisabuelo del Dr.
Julio De Armas, vivió 104 años.
La ubicación geográfica de los Armas se encuentra entre Anzoátegui y
Guárico.
El general Cándido De Armas, abuelo de
nuestro biografiado, levantó familia en Aragua de Barcelona . Fue guzmancista y
llegó a ocupar la vicepresidencia del Gran Estado Guzmán Blanco. Don Cándido
se casó con Catalina Matute, quien se interesaba por la
pintura y la taxidermia. De esa unión nacieron José Gregorio, Doroteo, José
María, Ricarda , Sinforoso, Cándido, Blanca Angélica, Catalina y Julio. Doroteo
y Julio serán médicos.
Doroteo De Armas se graduó de médico en la Universidad Central
en 1884 con la calificación de “sobresaliente”. En aquella época el programa de
medicina contemplaba las siguientes materias: Primer año: Anatomía e Higiene;
Segundo año: Anatomía y Fisiología; Tercer año: Patología Interna, Cirugía y
Medicina Operatoria; Cuarto año: Patología, Cirugía y Obstetricia; Quinto año:
Terapéutica y Materia Médica, y Química; y , Sexto año: Química, Medicina Legal
y Toxicología
Doroteo además de médico era escritor , poeta, periodista , orador y político. El Dr. J.M Agosto Méndez
en el panegírico a la muerte de Doroteo lo califica de distinguido facultativo
y académico.
El Dr. Doroteo De Armas nació en Aragua de Barcelona
en 1860. Trabajó en Caracas, Ciudad Bolívar y
Zaraza. Fue Rector del Colegio Federal
de Primera Categoría del Estado Bolívar en 1887. En la Facultad de Medicina de ese colegio dictó clases
y en la de Caracas fue profesor de
Patología Interna.
Torrealba escribió que Doroteo De Armas fue el
primer médico de Zaraza que publicó trabajos científicos. J.A. De Armas Chilty dijo en su libro sobre
Zaraza: “Dentro del mundo de las investigaciones científicas aparece para 1882
el doctor Doroteo De Armas, quien le pegó el oido a la Venezuela de tierra
adentro. Visita Maracaibo, Ciudad
Bolívar, todo el Oriente. De Armas fue
el primero que escribió en Venezuela acerca de la tiña tonsurante. Fundó la Revista “El Ensayo Médico” en Caracas. Era el médico con ojo naturalista”.
Telmo Romero (1846 – 1887) aventurero y curandero de
oficio. Se entera que el presidente
Joaquín Crespo tiene un hijo enfermo con un mal terrible que han tratado los
médicos inútilmente. Las indicaciones de
Telmo Romero dan buenos resultados y el muchacho se salva. Crespo lo designa como Director del Hospital
de Lazaros de Caracas y del Manicomio Nacional de los Teques. Aplica sus propias recetas para tratar
enfermos mentales: un clavo en la cabeza. Publica su libro “ El Bien General” y tiene tanto éxito que se
prepara para recibir un Doctorado en EE.UU.
Además dicen que lo nombraran Rector de la UC.V .
Todo esto es considerado una ofensa para las
ciencias médicas. El Dr. Doroteo De
Armas propuso a los estudiantes el “Desagravio al Doctor Vargas”. Victor Manuel Ovalles en el prólogo del libro
de Torrealba “Pequeños Apuntes” dice que el desagravio “consistió en haber
quemado ante la estatua del ilustre patriarca, en la Universidad de
Caracas, un ejemplar del libro intitulado El Bien General, por Telmo Romero,
empírico audaz, favorecido por el Gobierno de entonces”.
Telmo Romero se decía especialista en Terapéutica
indígena y era dueño de la
Botica Indiana , en la esquina de las Madrices en Caracas. En su libro El Bien General escribió cosas
así: “Aplicar unos paños por el espacio
de quince días, de Agua de la
Rosa Indiana , que se halla de venta en la Botica Indiana ,
esquina de las Madrices”; y así: “La
masturbación produce epilepsia, enajenación mental, convulsiones, vómitos de
sangre y tisis”. Por último se
recomendaba para los vómitos de sangre el Gran Hemostático de Romero. Bueno, por algo quemaron ese libro.
Entre las publicaciones de Doroteo De Armas
mencionamos: Un Caso de parto,1882; Caso
de tiña tonsurante curado con el ácido solícilico y el hielo machacado, 1882;
Un específico notable para las hernias entre los pobladores de los campos
orientales de Venezuela (alcornoque), 1883; Lección Clínica sobre la
preparación para la ovariotomía dada por el doctor M.M. Ponte a los alumnos de
su clínica ginecológica privada y recogida por el jefe de Clínica, Br. De Armas, 1883; Un fenómeno raro (feto
deformado), 1883; Algo acerca de nuestros hospitales. Nuevo método para la administración de la
quinina, 1883; El agua de laurel cerezo de nuestras boticas, 1873; Lo que le
falta a nuestros cementerios y algo que deben tener los médicos, 1883; Un nuevo
ecbólico, (1884); Curación del mal de San Vito con el veneno de la cascabel;
Una nueva clase de piojos; Existe en la Guayana Venezolana
una larva de mariposa eminentemente tóxica, etc.
Para estudiar la larva de esa mariposa viajó a la Selva del Caura, donde murió
en 1907. Fue sepultado en la
Iglesia Matriz de Zaraza.
Otro tío-abuelo, Sinforoso, llegó hasta general en la Guerra Libertadora.
Con el revólver tenía fina puntería. Su hijo, Cándido, se enfrentó al gobierno
de Juan Vicente Gómez .Dirigió el periódico El Obrero y trató de difundir las
ideas de la Revolución
de Octubre de Rusia. El dictador le escribió al presidente de mentira, Márquez
Bustillo en 1920: “El Obrero, de esta ciudad (Caracas) , del
cual es editor y redactor el señor Cándido De Armas, emite propaganda
subversiva dirigida a la clase trabajadora, y en la edición del vienes de este
mes publicó un editorial con el título de “Lo que es el Bolcheviquismo”, el
cual es el primero de una serie que, en mi opinión, tiende a socavar los buenos
sentimientos del pacífico e industrioso pueblo venezolano. Por lo cual juzgo
conveniente prohibir dicho periódico. Así como su editor, señor de Armas
desterrarlo fuera del territorio de la República como si fuera extranjero; en caso
contrario hacerlo preso y pasarlo a la Rotunda …” Cándido peleó añado del general Arévalo
Cedeño y estuvo preso en las mazmorras de Puerto Cabello.
La tía-abuela Blanca Angélica tocaba el piano y se
dedicó a la escritura. En el Primer libro de Literatura, Ciencias y Bellas
Artes, publicado en 1895, es recogida parte de su obra.
Julio César, el padre del Dr. De Armas, nació en
Aragua de Barcelona el 20 de mayo de 1879. Nuestro biografiado al referirse a
su progenitor en sus tiempos mozos detalla las
faenas de caza comparable por sus vivas descripciones a las contenidas en “Relatos de un cazador”
del escritor ruso Ivan Turguenev: “Velar venados, acures y lapas, siguiendo
todo el cortejo de la emoción al buscar sus huellas, contarlas medirlas para
suponer el tamaño de la pieza, enterarse de los entraderos, o averiguar la
dirección del viento y elegir el sitio más adecuado para el veladero , en las
ramas de los árboles, o en el suelo, en un lugar estratégico oculto dentro
de un hoyo, o protegido por u ramaje dispuesto alrededor…y en el caño, cuando
no se trata de velarlos buscando el huellizo, debajo de los fruteros, hasta
sentir la intensa emoción que hace saltar el corazón del pecho y parar la
respiración cuando aparece un caramerudo, para tenderle la escopeta entre las
hojas y apoyado en ramas o bejucos, y esperar si el pulso nos acompaña o no en
la puntería…después de contar las peripecias, en que casi siempre se yerra, el
menos responsable es el cazador, acusando algún factor extraño que en es
momento interviene para hacernos quedar bien, en la verdad o en la mentira.
Nada es más común que mentir cuando se relata la hazaña de un lance de
cacería”.
El Dr. De Armas hace referencia a la
“Llaneroterapia”, sin mencionar ese término. Habla del vuelo de la imaginación
cuando se contemplan los paisajes de la llanura. Las sabanas, los ríos, la
distracción de buscar nidos de aves selváticas, oir el trinar de sus pichones.
Observar y admirar guacharacas, loros ,
pericos, turpiales, arrendajos y otros pájaros. Y se pregunta : ¿Qué cura
psicoterápica más adecuada para olvidarse de las preocupaciones y problemas de
la ciudad y de la civilización que se nos pone cuando estamos en estas
circunstancias, como si estuvieran del otro lado de la tierra?
Julio de Armas, padre, estudió el bachillerato en
Caracas, y desde esa época se inclinó por la biología, ciencia fundamental de
la medicina. Empezó a estudiar medicina en 1898 en la Universidad Central
de Venezuela. Se graduó de médico el 20 de febrero de 1904. El pensum de
materias de aquel entonces era el siguiente: Primer Año: Anatomía , Histología
y Bacteriología, Química y Física Médica. Segundo Año :Anatomía. Tercer Año:
Patología General, Patología Externa, Medicina Operatoria. Cuarto Año:
Patología Interna, Patología Externa, Obstetricia. Quinto Año: Terapéutica y
Materia Médica, Ginecología y Pediatría, Clínica Médica, Clínica Quirúrgica,
Clínica Obstétrica, Medicina Legal y Toxicología, Higiene.
De Armas
describe al padre cuando era estudiante de medicina en Caracas: “Soñador y
romántico, tendía su mirada sobre las empinadas cumbres para llevar su recuerdo
y amor peregrino a la llanura del lado sur de esas vertientes rocosas. Novel
caballero de la esperanza y de la angustia. Cuántas veces soñaría verse montado
sobre su caballo moro, rollo de soga en las ancas, sombrero de pelo de guama,
ajustado y blanco garrasí, el pecho henchido por el viento sabanero y la mirada
oteando el horizonte en busca del rebaño, del hatajo disperso, con la taza de
café desde la madrugada, pero el canto melodioso y optimista del cabestrero en
los labios”.
Después de graduarse de médico Julio de Armas padre
se trasladó a San Fernando de Apure en un viaje a caballo. Allí ejerció
exitosamente su profesión. En 1907 se
casó con Juanita Mirabal y en 1909 marchó a la población de El Chaparro, Edo. Anzoátegui. Allí fundó
una botica en sociedad con unos amigos y
también continuó ejerciendo su profesión. Se marchó a París para ampliar sus
conocimientos médicos y al regreso, el hijo lo retrata: “Lo ví venir en brioso
y pasitrotero caballo amarillo. Cinta Amarilla se llamaba. Un catire alto,
fornido, enrojecido su rostro por el ardiente sol; blanca manta de lino sobre
los hombros; polainas de encharolado cuero; montura aderezada en plata; amplio
sombrero de fino panamá; los ojos más verdes que nunca; y la sonrisa franca y
abierta. Se alzaba sobre la cabalgadura, apuesto jinete rubio. La emoción había
sembrado lágrimas en sus pupilas luminosas. La polvareda de los cascos de su
caballo dejaba a tras el camino, largo y estirado que venía recorriendo desde
Guanta, donde había abandonado la nave que lo trajo”.
Un hecho relacionado con el viejo de Armas tiene
sabor garciamarquiano (Realismo Mágico en Medicina ): un guapetón de pueblo
había agredido a cuanta persona se le cruzara. Sólo le faltaba ofender al
médico, y un día la emprendió con él. Lo retó pero no se imaginó que el Dr. De Armas le colocaría un revólver en
el pecho. Al tiempo, en horas de la noche,
el guapetón solicitó la ayuda del galeno para atender a su madre en un
hato retirado de la población. Le aconsejaron al galeno no acudir porque podía ser una trampa.
Sin embargo consideró que era ineludible
cumplir con su deber. Atendió a la paciente que luego curó gracias a sus
indicaciones. Asistió a una consulta médica con un enemigo y regresó a su casa
con el mismo convertido en amigo.
El padre se traslada hacia los lados de
Pariaguán para trabajar la tierra.
Primero debe cumplir con la dura labor de fundar el hato. De Armas hijo relata
en bello lenguaje poético la faena del hombre que se labra el destino en el
llano y como el caminante hace camino al andar: “Chaparrales sin rebaños,
palmares silenciosos, campos sin gente. Camino real que bordea sin detenerse
.Laguna del Muerto, con su leyenda, aprendiz de estero con las lluvias, y
terrenal reseco en la sequía. Pajales en los bajíos y mastrantal en las lomas. Aguadas
cantarinas de manantiales y pájaros. Gredales amarillentos que le dan nombre al
lugar. Allí , sobre un médano, se detienen
resuelto el recién llegado. Surgen horcones, soleras, amarillentas
paredes que bordea el barro de los terrenales; hojas de verdes palmeras se
apretujan en el techo. El humo de la cocina juguetea con la brisa. El fogón
vive pendido en brasas y en aromas de café madrugador y del costillar
retostado. Los corrales hacen cerco con los troncos de palmera. Alambradas que
se alejan para juntarse en potreros, suman a la casa nueva sabanas antes
realengas. Allí junto al manantial, más allá sobre la loma, o en la orilla del
palmar, los ranchos están sembrando las raíces del esfuerzo. Parajes donde
antes la vida se hacía silvestre. El jaguey se ahonda y crece para mitigar la
sed. Sudor y sol dan pinceladas de plata sobre los dorsos desnudos , doblados,
desde la aurora al véspero. Ojos que despiertan las Cabrillas y se adormecen
con Venus. Vocerío de mujeres y niños chocan con la luz y el viento”.
El Dr. De Armas enumera las enfermedades que
azotaban las tierras del llano a principios del siglo XX , además del hambre y
la miseria: paludismo y parasitosis con todas sus múltiples consecuencias. Las
epidemias de viruela, fiebre amarilla y gripe desolaban los campos. El viejo De
Armas daba lecciones diversas a un grupo de estudiantes que se preparaban como
ayudantes de farmacia y enfermería.
Las visitas de los amigos a las propiedades de los De Armas entre El Chaparro, Santa María de
Ipire y Pariaguán eran frecuentes a lo largo del año: Felizola, La greca, José
Manuel Hernández, Tomás Alfaro Silva y Miguel Malaspina (abuelo de quien estas
líneas escribe), entre muchos otros.
El viejo De Armas como médico llanero en su
hato tenía consultorio, botica, salas de operaciones , de maternidad y de
hospitalización. Prestaba también sus servicios médicos a muchas leguas de
distancia, trasladándose a caballo para visitar a los enfermos. Los médicos
rurales se ayudaban mutuamente en sus faenas .Muchas veces el viejo De Armas
tenía ayudantes improvisados, o
solicitaba la atención de otros colegas que ejercían en los pueblos vecinos,
entre ellos, de manera preferencial, la del Dr. Bastardo Flores, quien ejercía
la medicina con las características del sacerdocio de la antiguedad
hipocrática. Una vez Bastardo Flores se
presentó, llamado con urgencia por De Armas: “…Llegaba caballero en mula
enjaezada, bolsones repletos de medicinas e instrumentos médicos, blancos la
manta y el sombrero, relucientes las polainas de hule con arabescos y
monogramas de vivos colores. El tintinear de las espuelas de plata rompía el
silencio y la tristeza del ámbito. El ladrido de los perros del hato denunció
su anhelada presencia, cuando la angustia no cesaba de otear en los caminos”.
En su libro “Presencia de un hombre” De
Armas describe una intervención quirúrgica en pleno llano, ejecutada por su
padre: “Tuvo lugar el acto quirúrgicos en su hato La Becerra , cerca de Agua
Amarilla. La operación se llevó a cabo en un caney, sobre una mesa de
oscurecidas tablas, y los operadores se auxiliaban con agua caliente para
esterilizar; una totuma para colocar algodones con cloroformo como anestésico;
poncheras, pailas y muebles rústicos ocupaban
aquel improvisado quirófano, de piso de tierra y donde entraban
libremente polvo y moscas”. Julio De Armas hijo midió , con un reloj de
bolsillo ,el tiempo de la intervención , la cual consistió en la amputación del
muslo en su tercio superior por sufrir de gangrena seca por arteritis obliterante
senil, el paciente.
La vocación de médico nació en Julio De Armas hijo a partir de la intervención quirúrgica
descrita. Desde entonces empezó a operar ratones y a soñar con ser médico algún
día. Además el ambiente del hato Agua Amarilla predisponía en todo hacia la
profesión de Hipócrates. El padre en la
farmacia preparaba muchos medicamentos,
píldoras, cápsulas, pomadas vermífugos, purgantes, tónicos y reconstituyentes.
Daba nombres a sus fórmulas como “Tiro seguro 606” o “Píldoras del y
trabucazo”, etc.
Los estantes con medicamentos, los morteros,
las espátulas , los instrumentos
quirúrgicos y el consultorio con los pacientes constituían una atmósfera
galénica , digna de recordar y ser imitada más tarde. Los enfermos esperaban su
turno de consulta bajo los árboles. De
Armas describe el cuadro así: “No puedo
olvidar aquellas matas de chaparro y otras que formaban la arboleda a la entrada
de la casa ,sesteadero de bestias ensilladas y de gentes que se cobijaban del
sol, dando el aspecto de un ejército
permanentemente acampado”.
Un enfermo era trasladado en chinchorro
colgado de una de una vara de madera. Se le cubría con una cobija de color
rojo para protegerse de la lluvia. Si el
enfermo moría en el camino la cobija se transformaba en mortaja transitoria,
entonces se volteaba por el lado negro. El chinchorro o hamaca era llevado por
varios hombres: los cargadores. Estos cargadores se turnaban de tiempo en
tiempo y recibían una paga por su trabajo. El enfermo era acompañado por
familiares y amigos, quienes marchaban a pie o a caballo o en burro. Restos
cortejos podían marchar a pleno sol, de noche, en frías madrugadas o bajo la
lluvia. Se detenían para cambiar las
parejas de cargadores, para alimentar al paciente o suministrarle un medicamento. El médico solía
acompañar a la comitiva; pero en caso de su ausencia , un brujo lo sustituía en
sus labores. Los ríos , las quebradas y el sofocante calor eran motivos para
hacer un alto en el camino. Pero a veces
el paciente moría en pleno viaje y De Armas así lo describe: “Otras veces era
la muerte misma que detenía el cortejo, cuando, muchas veces se daban cuenta
que el enfermo había expirado hacía muchas horas. El bamboleo de la hamaca
hacía inadvertida la presencia de la muerte misma. Todo este séquito marchaba a
ratos en silencio, a ratos con carcajadas, voces en cuello, o agudos gritos,
que a manera de guaruras, y lamentos árabes, eran lanzados por los cargadores y
algunos acompañantes, cuando el trago de ron, repetido, los llevaba a
emborracharse. Rompían como trozos de vidrio o como afilados cuchillos, la
soledad y el silencio de tranquilos caminos y apartados parajes”.
El viejo Julio De Armas era preciso en el diagnóstico; así como cuando le llevaron una mujer herida con
una tizona. Esa vez expresó: “Si se hubiera tratado de localizar la carótida
por un gran experto, tal vez no la habría conseguido con tanta certeza como lo
ha hecho el hombre de la larga tizona: está muerta”.
En 1918 la epidemia de gripe española
azotó también el llano. El viejo De Armas laboró como médico de rancho en
rancho y de chinchorro en chinchorro; pero contrajo el mal y lo sufrió de manera muy grave. Lo trasladan
a Zaraza en hamaca. El hijo escribe: “…Toda esta tropa heterogénea caminaba
silenciosa y como recogida de fervor y respeto por aquel hombre que sólo se
doblegaba ante Dios. A ratos, nos deteníamos para informarnos del grado de su
malestar, respondiendo el paciente con voz débilitada por el agotamiento
orgánico, pero firme en el optimismo y la fé”. En Zaraza el enfermo fue
atendido por el insigne ,médico guariqueño Dr. Troconis, “notable y de gran
corazón”.
En Zaraza el viejo De Armas vio su hora
integral de médico y afirmó cada vez más “los valores del espíritu y la disciplina
de la ciencia”. Presidió el club social de la ciudad, realizó trabajos
culturales, fundó una biblioteca e inauguró la primera Escuela de Enfermería
del país.
En Caracas De Armas padre se desenvolvió holgadamente en el campo de la
medicina y se codeo con los mejores galenos , tales comoVicente Peña, Razetti y
Risques. El hijo continuó sus estudios
en el liceo Caracas dirigido por Don Rómulo Gallegos. Entre sus compañeros de
aula figuran futuros políticos de resonancia nacional como Rómulo Betancourt y
Jóvito Villalba. El grado de bachiller lo defendió ante un jurado presidido por
el autor de Doña Bárbara y antes de ingresar a la universidad para cursar la
carrera de medicina trabajo de ayudante
en el laboratorio de la antigua oficina de Sanidad, bajo la tutela de de los doctores
Enrique Tejera y Alberto Fernández. Aprendió a manejar el microscopio y otros
aparatos de laboratorio y conoció algunos elementos de la Bacteriología y la Serología. En la
noche capturaba ratas que luego eran sacrificadas para hacerles la autopsia.
Cuidaba las terneras proveedoras de virus antivariólico, extraía sangre de
carneros para realizar las reacciones serológicas en el despistaje de la
sífilis.
En Paris De Armas padre continuó sus
estudios y compartió con otros colegas del Hospital Vargas como Franz Conde
Jahn, Pastor Oropeza, Miguel Ferrer y otros. Al regresar laboró en el Hospital
Vargas como médico de consulta externa. Fue profesor de futuros brillantes
médicos, entre los que se destacan
Manuel Sánchez Carvajal y Miguel Pérez Carreño. Trabajo también en el
dispensario Gota de Leche, precursor de las instituciones de asistencia materno
infantil en el país. En calidad de docente universitario dirigió la cátedra de
Terapéutica y Materia Médica (actual Farmacología).La UCV funcionaba en esa
época en el convento de San Francisco. Fue miembro de muchas sociedades
científicas como de Médicos y Cirujanos de Caracas. A la par de sus labores en
la docencia ejercía privadamente la profesión en su casa y en clínicas, donde
se desempeñaba como anestesista. Al
cumplir veinticinco años de graduado ,el obispo de Calabozo Monseñor Alvarez
pronunció un discurso para exaltar las virtudes del viejo De Armas; y dijo
entre otras cosas: “Un médico sin ética, es como un sacerdote sin fe”, “donde
el dolor siembra espinas, la caridad siembra rosas”.
El
Dr. De Armas padre fundó junto a un grupo de amigos la Policlínica Maracay ,
dotada de instrumentales , laboratorios, mobiliarios, quirófanos, rayos X
,y en la cual no sólo se realizaban consultas sino también
hospitalizaciones. El proyecto de la policlínica contó con el apoyo material
del presidente Juan Vicente Gómez. La institución médica realizaba reuniones
periódicamente y contaba con una
revista, dirigida por el viejo De Armas, para la publicación de los trabajos de
las diferentes especialidades médicas.
Julio De Armas hijo justifica la relación
que mantuvo su familia con el dictador Juan Vicente Gómez: “No tenemos porque
negar que mantuvimos relaciones amistosas con la familia Gómez y las
continuamos con los descendientes, situándonos siempre en el plano de altura y
de honestidad con que nos ha tocado vivir, fuera de las prebendas y halagos
cortesanos. La posición de mi padre fue estrictamente profesional, y se dedicó
por entero a actuar en ese plano, atendiendo como de costumbre a ricos y pobres
con el mayor desprendimiento”.
A la muerte de Gómez Julio de Armas padre se
desempeñó en importantes cargos a petición del presidente López Contreras.
Viajo en misión gubernamental a los Estados Unidos para estudiar la fiebre de
Texas ; y Emperador de Japón lo designó
cónsul ad-honorem de ese país en Caracas
, por su encomiable labor a favor de las relaciones comerciales de entre
los dos países.
Desde hace algún tiempo De Armas, padre
presentaba un cuadro clínico, cuya precisión diagnóstica no se había hecho. El
Dr. J.H Luciano hizo un hallazgo en radiografías que luego fueron estudiadas
por el propio paciente, quien serenamente expresó: “creo que se trata de un
caso de cáncer del pulmón”. El médico y escritor ruso Antón Chejov se refirió
al galeno cuando enferma de esta manera: “Los médicos tenemos momentos muy
tristes cuando nos enfermamos porque conocemos los procesos patológicos”. De
Armas hijo habla de aquellos momentos terribles: “No hay pena comparable a la
que lleva atada el via crucis de la partida de un ser querido. Se vive esas
horas como si estuviera el espíritu suspendido en un mundo insensible y
abstracto…Para él (su padre) que soportó con toda entereza esa dura prueba, ha
debido mantener una intensa y silenciosa lucha interior. Sabía que iba a morir,
pero siempre se nos mostró como si quisiera seguir viviendo, a fin de alejarnos
del sufrimiento de verlo triste y abatido. Creo que fue la única vez que se
prestó aparentemente fingido y desdeñoso”. “…Su deseo era morir y ser sepultado
en el llano debajo de una palma, cerca de un jaguey, frente a un roble, que
simbolizaban la verticalidad de su vida, el manantial de sus bondades y la
firmeza de su carácter y de sus principios. Allí donde la soledad es
inspiración, el canto de los pájaros salmos de la fronda, donde la tierra es
blanda, amasada con el rocío de la sabana, el cielo abierto en reñido combate
con las sombras, el horizonte en permanente atisbo, la luz radiante y las
noches tibias”. Para un llanero su terruño es la primera y última morada.Nada
más poético que estas expresiones del alma de un hijo adolorido ante la muerte
de su padre. El Dr. Julio De Armas Matute murió en Nueva York el 7 de marzo de
1937. Otro gran venezolano, el general Emilio Arévalo Cedeño, quien se
encontraba también fuera de su patria ,guardó un minuto de silencio frente a su
ataúd.
CAPÍTULO II
EL ESTUDIANTE DE LA PROMOCIÓN
LEOPOLDO AGUERREVERE
“Compañeros: nuestras labores profesionales,
quizás nos separen después de haber convivido fraternalmente durante seis años
de actuaciones estudiantiles. Como los afectos alcanzan más que los brazos, los
afectos seguirán siendo lazos que nos unirán como hasta ahora, en una comunión
de ideales, de esfuerzos y esperanzas”.
( Julio
De Armas, al finalizar su discurso de graduación de Doctor en Ciencias Médicas)
Julio
De Armas culminó la promoción de la
Facultad de Medicina de la UCV que lleva por nombre del insigne médico
Leopoldo Aguerrevere, también llamada la de “los médicos que escucharon las
clases de pié”.
En efecto , eran tantos, 260 estudiantes en
total en el primer año, en 1926, que la mayoría tenía que oír las clases de
pié. Sólo algunos tenían suerte al llegar temprano y tomar asiento. Procedían
de todos los rincones del país y tenían
sacos cruzados, chaleco y pajillas cuando por primera vez hicieron
formación en el patio de la vieja Universidad. En tiempos del gomecismo las
puertas de la facultad médica se abrían cada dos años, los pares, para recibir
las nuevas camadas de bachilleres. Pero como el ganado en viaje, fueron
mermando y al final, en 1932, llegaron felizmente a la meta unos pocos, 37 ,
para ser exactos. Los profesores, tales como Luis Razetti, y Pepe Izquierdo, eran estrictos y muy
exigentes para con sus pupilos. Así, por ejemplo, Enrique Tejera se encargaba
de desanimar a los aspirantes. Al bachiller Julio De Armas le dijo:
-Mira,
mijito, ¿Por qué no te dedicas a otra cosa?
Pero Julio De Armas estaba decidido a
continuar su carrera y pronto se destacó como un “ahoga-ratas”. El trabajo
consistía en cazar las ratas, ahogarlas en un estanque y extraerles el bazo
para detectar peste bubónica. Tejera los enseñaba a trabajar con caldos de
cultivo. Más tarde De Armas considerará su preparación en parasitología y
microbiología como muy buena a la hora de realizar sus investigaciones médicas.
Los otros 36 que se graduaron con Julio De Armas en 1932 fueron: Rómulo
Aranguibel, Andreani Piereti, Antonio Alcalá Yanez, Manuel Enrique Añez, Rafael
Carsten Echenique, Jesús María Casal, José Luis Cisneros San Miguel, Enrique
Crasus, Juan José Gutiérrez Osorio, Carlos Camejo Troconis, Alfredo Célis
Pérez, Antonio Laclé,, Federico Milá de la Roca , Rafael Hernández Rodríguez, Pedro García
Quintero, Ernesto Becerra, Jacinto Figarella, Agustín Hernández, Alberto Plaza
Izquierdo, Jorge Monagas,Neptalí Morillo Ríos, Manuel Morillo Ríos, José
Antonio O`Daly, Humberto Arroyo Parejo, Enesto Vzcarrondo, Gustavo Otero,
Agustín La Corte ,
Francisco Ramírez, Julio Reyes, J.M Guevara Guzmán, Pedro Luis Falcón Briceño,
Froilan Prado Castillo, Gabriel Trompiz, Rafaerl Lairet, Jorge Figarella y Leopoldo Jiménez.
De Armas, más tarde, explicó que la
elección del Dr. Leopold Aguerrevere como padrino de su promoción se hizo por
unanimidad porque “...Ningún nombre mejor escogido que éste para perpetuar en
un denominador común, la gratitud y el afecto al maestro”. Así no escatimó
reconocimientos y elogios para con su profesor : “Es de los pocos nombres
borlados que se pueden escribir sin títulos y sin restarle toda la fuerza de su
valer...En la formación moral, científica y profesional de este venezolano
eminente, se encuentran reunidas las virtudes más exigentes para alcanzar y
cuajar en el prototipo del médico integral, desde la ética de Hipócrates hasta
la habilidad de Pinard, pasando por el gesto, la generosidad como expresión de
espíritu selecto de todos los tiempos...Nosotros tuvimos la suerte de contarle
entre los profesores más estimados...”
Las anteriores virtudes del Maestro
Aguerrevere las corrobora Jiménez Arraiz: “¡ Qué innata bondad! ¡ Qué suavidad
en el verbo! ¡ Qué manera tan sencilla y noble y augusta y serena!...Su palabra
era oída con atención...Sus enseñanzas con veneración”
Al recibir su título de Doctor en Ciencias
Médicas, Julio De Armas no oculta su felicidad y orgullo por haber alcanzado un
escalón en sus propósitos y metas profesionales. Así lo manifiesta en su
discurso:
“Cuando
el deleite de una inspiración se ha acariciado desde largo tiempo, la emoción
nos embarga con igual intensidad que la que despierta en el alma del viajero la
visión de la tierra ensoñada. Así, al escalar esta tribuna tantas veces ocupada
por varones de singular valía, la palabra o acierta íntegramente el júbilo que acumula el espíritu.”
Más adelante expresa bellas palabras que
tal vez reflejan el estado anímico de todos los estudiantes que ven coronados
sus esfuerzos, tras lagos años de estudios:
“En
estos momentos únicos que nos depara la vida, la emoción más sublime pone de
pie toda nuestra juventud de estudiante con su cortejo de goces y de
vacilaciones. Porque si ayer hubo
sinsabores al iniciarnos en los senderos de una de las más luminosas de las ciencias,
la Medicina ,
hoy, que ésta, con la pompa de lo trascendental nos arma caballeros contra las
lacerías de la humanidad, la alegría tañe sus dorados cascabeles”.
La tesis doctoral de Julio De Armas ,
denominada “Las leches de consumo y su problema en la higiene infantil”, se
compone de siete capítulos : I. Leche Normal; II. Coagulación y fermentación;
III. Leches modificadas; IV. Calidad de las leches de consumo; V. Fraudes y
adulteraciones de la leche; VI. Bacteriología de la leche; y, VII. Morbilidad y
Mortalidad Infantil.
De Armas explicó su interés en el estudio de
las leches: “Poco tiempo después que nos iniciamos en los estudios médicos, y
ya capacitados por los conocimientos adquiridos y por la posesión del hábito de
observación clínica, no dejó de llamarnos poderosamente la atención el alto
coeficiente de morbilidad y mortalidad
de nuestros niños sometidos a la
alimentación artificial.”. Luego explica la relación que existe entre una buena
alimentación , sobre la base del factor
lácteo, y el desarrollo integral
del niño: “...La leche es uno de los pocos alimentos completos y del más alto
valor nutritivo...”
También , modestamente afirma que su labor puede no ser o no es efectivamente
original, pero ha sido ardua y tesonera y, por sobre todo, dirigida a defender
a la colectividad, en particular el elemento infantil, el ciudadano del futuro,
cuya salud endeble y frágil reclama la protección de todos.
Lo anterior ratifica que su pasión por la
medicina social la cultivó desde los propios inicios de su carrera .
Julio de Armas se graduó de Doctor en
Ciencias Médicas de manera brillante si nos atenemos a los resultados de las
calificaciones finales; y cumpliendo con
un programa que contemplaba las siguientes materias : Primer Año, 1927: Anatomía Humana
Descriptiva 18 puntos; Histología Normal, 19 puntos; Física y Química Médicas,
20 puntos. Segundo Año, 1928, anatomía Humana Descriptiva y Técnica Anatómica, 19 puntos; Anatomía
topográfica, 20 puntos; Fisiología Humana, 18 puntos.Tercer Año,1929: Patología
General,16 puntos; Bacteriología y Parasitología, 17 puntos; Patología Externa,
16 puntos; Medicina Operatoria, 12 puntos. Cuarto Año, 1930: Patología
Tropical, 18 puntos; Patología Externa, 15 puntos; Obstetricia, 18 puntos; Patología Interna,,
18 puntos; Anatomía Patológica, 18 puntos. Quinto Año,1931: Clínica Médica, 19
puntos; Clínica Quirúrgica, 16 puntos; Clínica Obstétrica, 18 puntos; Higiene
Pública y Privada, 18 puntos; Terapéutica General, 19 puntos. Sexto Año, 1932:
Medicina Legal y Deontología, 19 puntos; Clínica Quirúrgica, 19 puntos; Clínica
Médica, 19 puntos; Toxicología, 19 puntos; Terapéutica Especial, 19 puntos.
Luego de cursar las disciplinas anteriores
debió rendir examen integral, el cual consistía en una prueba escrita, una oral
y una última práctica. Todas esas
pruebas las aprobó con la máxima calificación de 20 puntos. Demás está añadir
que la nota definitiva del examen integral fue de 20 puntos. Por otro lado, cabe
destacar que nunca fue aplazado durante sus estudios en ninguna materia.
CAPÍTULO III
MÉDICO
MILITAR
“Una
generación fuerte y sana involucra para nuestro conglomerado social una promesa
en agraz para las más destacadas conquistas de progreso, civilidad y
estabilidad moral”
(Julio De Armas)
Antes
de ser designado Inspector Nacional de Sanidad Militar, el Dr. Julio De Armas
tuvo su primera experiencia en ese campo
trabajando en Turiamo. El inicio de su carrera médico-militar data del 25 de
enero de 1933. Su labor consistía en atender a la tripulación con sus oficiales
y a los soldadas de las fuerzas de infantería acantonados en el campamento de
Santa Ifigenia.
De Armas hace una la descripción geográfica
del sitio: “Observando con mirada telescópica tendida desde el sitio La Cumbre , que está situado
como indica su nombre en el punto más alto del ramal de la Cordillera de la Costa en el trayecto de la
carretera Maracay-Turiamo, se nos muestra al norte, la Bahía que se insinúa
entreabriéndose en un valle arcilloso, poblado de cocoteros y montecillos de
árboles y arbustos de variadas especies. En el extremo Noroeste se abre paso al mar Caribe, la
turbia y raquítica corriente del río Turismo”. “Hacia el mismo rumbo, más al
Norte, entre el borde arenoso del mar y la sierra, espejean las aguas
amarillentas de una gran charca , llamada laguna…” “ Casi la mitad de la Bahía , parte un brazo de mar
o canal que al internarse por el fondo del valle se ensancha en saco, cubierto
en su interior y orilla de plantas acuáticas, luciendo el conjunto como una
palmeta con que el mar en su saque y resaque, de intermitentes marejadas,
golpetea el casco milenario de la montaña. Otras charcas situadas más allá,
servían de lazos de unión para llevar esta agua desde el mar hacia el río, y de
éste a la Bahía
de nuevo por el otro extremo, confundiendo sus aguas al compás del vaivén de
las mareas, en un ininterrumpido y turbio abrazo. Lo distinguían con el oscuro
nombre de La Ciénaga. Y
fue ella como el círculo vicioso de la sanidad de aquel paraje, donde vimos en
muchas noches imponerse la muerte, en el fantasma de la fiebre perniciosa que
restó filas de aquella verdadera región de condenados”
En estas notas de Julio De Armas sobre su
desempeño como médico militar en Turiamo se plasma un estilo literario
elegante, preciso. El reporte sobre un tema asociado a la medicina o la
notificación sobre alguna investigación científica se hace en un lenguaje
ameno, atractivo. Hay descripciones detalladas de parajes y jornadas laborales.
El médico observa las condiciones del pasaje, el clima, la constitución
geológica, la flora, la fauna de la zona. Todo en su conjunto es importante a
la hora de tratar de comprender el origen de las enfermedades. Hay una relación
entre el ambiente y la salud de los habitantes. Ese fue la apreciación de
Hipócrates en su tiempo.
El paludismo azota a los
habitantes de la región. La lucha contra la enfermedad es implacable y los
soldados deben tragar clorhidrato de quinina varias veces a la semana; y por lo
visto no lo hacían de buen gusto : “Formados en dos filas los dos batallones,
vigilábamos cuidadosamente en cada número la ingestión del medicamento,
haciéndoles abrir la boca a cada uno después de ingerirlo con agua, y en las
horas de la madrugada, intensificábamos nuestra vigilancia alumbrándoles con
una luz de una linterna la rinofaringe de cada sujeto para cerciorarse de la
ingestión”
De Armas se refiere al sacrificio y la honradez de los hombres que lo
acompañaron para luchar contra la terrible enfermedad; la adversidad del medio
,el hambre, el trabajo duro en condiciones incómodas; y habla de un flagelo
mucho peor y odioso: las intrigas políticas de algunos personajes envidiosos y
ambiciosos.
Durante la aplicación del tratamiento
profiláctico contra el paludismo, tres veces a la semana durante tres meses,
Julio De Armas se levantaba a las 3 de la mañana, y por un camino en mal estado
hacía el recorrido a pie hasta el campamento, a unos tres kilómetros: “De seta manera lográbamos anticiparnos
al despertar del campamento a la hora de la diana, aprovechando los minutos de
espera bajo el rescoldo de los grandes fogones que cocían el rancho de la
tropa, a fin de desperazarnos y ahuyentar el frío de la madrugada que se nos
colaba hasta los huesos”.
CAPÍTULO
IV
EL EMBALSAMAMIENTO DE GÓMEZ Y LA PARTICIPACIÓN DEL
DR. JULIO DE ARMAS
“Nada como volver
los ojos a la historia...”
(Julio De Armas)
El 17 de
diciembre de 1935, a
las once y cuarenta y cinco de la noche, murió el general Juan Vicente Gómez en
Maracay . Atrás quedaban 27 años de
férrea dictadura y para el país se abría el camino de la democracia.
Su lecho de enfermo estuvo rodeado de un grupo de médicos, entre los
cuales estaban Julio De Armas, hijo ,
quien tomó parte activa en el embalsamamiento del cadáver del dictador.
La última enfermedad de Juan Vicente Gómez
fue tratada por el Dr. Pedro del Corral, junto a los doctores
Rafael y Pedro González Rincones, Ramón Ignacio Méndez Llamozas, su yerno y
médico de cabecera; José Vicente López Rodríguez, Enrique Toledo Trujillo y
Julio de Armas, padre.
El
Dr. Pedro del Corral , coterráneo y amigo de Julio De Armas, activamente participó en la parte
correspondiente a los exámenes de laboratorio clínico .Nació en Chaguaramas el
27 de abril de 1895 y murió en Caracas el 13 de noviembre de 1986.
Obtuvo
su título de médico en la UCV
en 1925. Estudió la patología tropical en el Instituto de Enfermedades
Tropicales de Hansburgo (Alemania) a
finales de la década de los años veinte del siglo pasado . También cursó
estudios en Paris y en Roma . Al
paludismo dedicó gran parte de
sus investigaciones y fue el primero es usar la atebrina por vía intravenosa para tratar ese mal. Fundó el primer
dispensario antivenéreo del país y aisló por primera vez el meningococo causante de la meningitis
llamado Neisseria Venezuelensis Del Corral Risquez. Fue un gran
laboratorista y publicó muchos artículos
científicos.
Gómez vivió 78 años , gozaba de buena salud ,no aceptaba exámenes
médicos y sufrió dos enfermedades graves: en 1921 y 1935. El adenoma prostático
y la diabetes con insuficiencia renal y anuria terminal figuran como
diagnósticos finales.
En noviembre de 1935 el dictador se sintió
mal y regresó de Caracas a Maracay. En diciembre la enfermedad empeoró con
fiebre alta. Orinaba con sonda, se le inyectaba insulina y se le hizo una
transfusión de sangre. El 12 de diciembre todavía caminaba pero el 15 sufrió un
colapso cardio-respiratorio. Le inyectaron aceite alcanforado y adrenalina.
Estaba lúcido y hablaba coherentemente pero no se levantaba.
El 17 de diciembre en la madrugada
Gómez le preguntó a su hijo Florencio por el día y el mes. Al saber la
fecha , el hombre, que tal vez se creía
la reencarnación de Simón Bolívar contestó : “Ajá, que bueno, que bueno …”.
Un tiempo atrás el Dr. Méndez Llamozas le
había diagnosticado al general diabetes mellitus .El dictador aceptó los
consejos para el tratamiento de esta manera: “Ajá, así se hará, pero que esta
dolencia quede exclusivamente entre nosotros”.
Al llegar a Maracay gravemente enfermo el 14 de noviembre de 1935 los
exámenes de laboratorio le fueron practicados por el Dr. Pedro del Corral,
quien detectó aumentos de glicemia y úrea. En lo sucesivo el Dr. Del Corral al
realizar las pruebas indicadas comprobó que el paciente se dirigía a un
desenlace fatal.
Horas antes de la muerte del General Juan
Vicente Gómez los médicos se planteaban
la posibilidad de conservar su cadáver con el objeto de mantenerlo varios días
sin sepultarlo y poder rendirles los
tributos correspondientes a su alta investidura.
El General Gómez murió a las once y cuarenta
y cinco minutos del 17 de diciembre de 1935; pero a las ocho de la noche de ese
día los médicos esperaban el desenlace fatal y por eso se reunieron en la clínica Maracay. Estaban allí los
doctores Pedro González Rincones, Pedro del Corral, Pedro Antonio Gutiérrez
Alfaro, Nicolás Cárdenas Faría, Franz Conde Jahn , Luis Ramos Sucre, Jesús
Enrique Luciani, Juan José Gutiérrez Osorio, Enrique Márquez Iragorri, José
Antonio Tagliaferro, Espíritu Santo Mendoza, Rafael Soto Iribarren , Carlos
Julio Alarcón, Oswaldo Vizcarrondo y Julio De Armas, hijo, quien tomará parte
muy activa en el embalsamamiento del cadáver del General Gómez.
Antes de proceder con el cadáver de Gómez
los médicos decidieron estudiar la obra “El embalsamamiento desde los
egipcios hasta nuestros días” del médico francés Jean Louis Faure. El
libro en cuestión formaba parte de la
biblioteca del Dr. Franz Conde Jahn. Decidieron no hacer autopsia sino aplicar
un método de conservación. La intervención postmorten fue dirigida por el Dr.
Pedro González Rincones y el Dr. Julio De Armas, hijo, quien actuó como su
ayudante inmediato. No inyectaron formol, como se acostumbra, sino
mercurocromo.
Unos médicos propusieron extraer el corazón del dictador para
conservarlo como una reliquia, pero los demás guardaron silencio.
El Dr. González Rincones sugirió al Dr. De
Armas disecar la vena yugular del lado
izquierdo, mientras que el mismo lo hacía con la derecha. Colocaron el cadáver
en posición Trendelenbeurg. Inyectaron
el líquido durante quince minutos. De armas notó una anomalía en la vena que
consistía en la disminución de su calibre. La yugular derecha estaba
hipertrofiada.
Los bronquios y los pulmones fueron
inyectados con alcohol amílico a través de la tráquea .El rostro se le pintó
con una solución de mercurocromo .Finalizada la operación de embalsamamiento entró el general Eleazar López Contreras,
quien se acercó al cadáver y lo besó en la frente.
CAPÍTULO
V
El DR. JULIO DE ARMAS RECORRE EL CAMPO VENEZOLANO Y REALIZA
INVESTIGACIONES MÉDICAS. EL PREMIO ALEJANDRO PROSPERO REVEREND.
“El llano...ha sido par mí una
cátedra viva. Como médico me ha hecho conocer la cruda realidad venezolana en
función de la insalubridad...”
(Julio De Armas)
El Dr. Julio De Armas fue
poseedor de un espíritu inquieto, infatigable; siempre atento y en la búsqueda
constante de un algo provechoso para intentar y realizar una gran obra. Él hace
suya la máxima del Apóstol Martí de que el hombre debe estar allí dónde es más
útil y necesario. Por eso piensa y hace por su terruño, por su llano, por su
gente.
Julio De Armas es poeta y soñador. Es paciente y
contemplador cómo el sabio pero también es suspicaz y estricto como el
científico. Su método es la duda cartesiana y allí dónde todos quieren ver
centauros llaneros; en lapsos de griegos lirismo, él simplemente ve hombres
subyugados y desnutridos, jinetes infelices. Entiende que los niños barrigones
y pálidos, por las parasitosis intestinales, no representan el esperanzador
futuro de la patria.
El rancho llanero, carente de las mínimas condiciones higiénicas, es la
materialización más patética de la miseria humana. La mujer llanera no es el
fuego del hogar como en otras latitudes y civilizaciones pues no posee el don y
el deseo natural junto a la predisposición de ánimo inmanente a su sexo para
mantener el órden y la armonía de la vivienda bajo un principio estético
elemental y humilde pero decente. Las causas no están en un determinismo
geográfico fatal sino en la esencia de los mismos hombres sometidos al imperio
de la ignorancia. Por eso y mucho más el llano le arroba pero no le engaña. El
sentimiento telúrico siempre le acompaña y le fustiga el alma del llanero
cabal, comprometido pero no empeña su juicio y no obnubila su raciocinio de
hombre de ciencia.
Entre Alberto Soria y Santos Luzardo prefiere al último en
la manera optimista de vislumbrar el futuro del país y como el héroe de Doña
Bárbara ve también en el llano un inmenso latifundio donde reina el atraso y la
explotación de sus hombres y acepta la realidad pero también la posibilidad del
progreso.
Es si como Julio De
Armas vuelve a su llano, mirándolo como objeto de investigación científica,
analizándolo desde el punto de vista medico y como un conjunto problemático
socioeconómico. Le interesa la salud de sus hombres, la higiene ambiental y la
perspectiva de la introducción de normas y mejoras que permiten superar ese
estado depresivo de los llaneros como grupo humano peculiar.
Sus estudios sobre el llano y la salud de sus habitantes
los recoge en el libro intitulado “El problema de la insalubridad rural en
el estado Guárico”. Laureado en diciembre de 1941, con el primer premio
“Alejandro Prospero Reverend”, en el certamen médico anual promovido por la Sociedad Bolivariana
de Venezuela.
El trabajo premiado es definido como un estudio
médico-social de las principales endemo-epidemias tropicales del estado
Guárico.
La insalubridad del agro Venezolano Julio De Armas le
explica con una serie de causas que van desde las geográficas hasta las
sociales, culturales, económicas y patológicas, las cuáles se hace necesario
comentar y tener en cuenta por no haber perdido vigencia aún en nuestros días.
Entre las causas geográfico-económicas expone cómo
principal las condiciones específicas de la zona tropical que caracterizan el
Estado Guárico. La naturaleza fue bondadosa al obsequiarle al hombre de estas tierras
feracidad a las mismas, ríos de cristalinas y extensas aguas, frutos tropicales
silvestres para paliar el hambre y animales de exquisitas carnes para
complementar la ración diaria de su alimentación. La existencia en la región de
aguas termales la hacen potencialmente idónea para la creación de centros de
recreación y rehabilitación.
Sin embargo la mano civilizadora del hombre no se ha hecho
sentir. Los hombres están a merced de las inclemencias meteorológicas. En
épocas de lluvias la región se hace intransitable.
“En éstas condiciones de precaria comunicación no llega
hasta esa gente, desheredada injustamente, ninguna acción efectivista de
progreso, ni de asistencia social. La acción oficial pasa de vez en cuándo, en
veloz vehículo por las dos rutas transitables, dejando a los lados innumerables
ranchos ruinosos donde solo señorea el hambre, el desaseo y la muerte”. Así
termina el Dr. Julio De Armas el primer capítulo de su obra.
Refiriéndose a las causas sociales el Dr. De Armas adjudica
gran importancia al carácter del llanero probablemente producto de la
combinación de distintas razas que hicieron la historia de nuestro continente y
que cristalizó en ese nuevo tipo genético peculiar. “El llanero heredó, entre
otros caracteres étnicos, el nomadismo del indio y la audacia del conquistador
andaluz y el fatalismo y la apatía del negro de las misiones de Fray
Bartolomé”,, dice el Dr. De Armas.
Entre las condiciones antihigiénicas señaladas por el Dr.
Julio De Armas muchas de ellas persisten hasta nuestros días, las excepciones
son propias de hatos y fincas donde los patrones poseen cierto grado de cultura
expresado en la manera de concebir la higiene personal y el tipo de vivienda
rural con un mínimo de comodidades que satisfacen también las necesidades de la
higiene colectiva. A veces tenemos el deprimente cuadro representado por el
hecho de que el patrono tiene su forma de vida, muy poco distinta de la que
lleva en la ciudad, y esto se refleja en la vivienda que habita con todas las
exigencias y comodidades del medio urbano lo que contrasta grandemente con el
modus vivendi de los peones o empleados; materializado no mas allá del
incomodo, depresivo y antihigiénico rancho llanero descrito por el Dr. Julio De
Armas: “Muchos campesinos llaneros viven en iguales condiciones que los
animales, ya que es lastimoso observar como crecen los niños en medio de la
basura y de la tierra, sin abrigos, martirizados por las picaduras de los
mosquitos en invierno y por un calor sofocante en verano y azotados por pulgas,
piojos, niguas todo el año, vegetando en íntimo contacto con los animales
domésticos: gallinas, cerdos, perros, gatos, etc. los cuales integran un
conjunto con el hombre, y en confusión promiscua cada uno en su especie se
reproduce; comen en los mismos utensilios, duermen en el mismo lecho y en común
sufren melancólicos y silenciosos las vicisitudes del hambre y la miseria”. El
párrafo es digno de una novela de corte sociológico pero no es literatura
simplemente sino parte de nuestra cruel realidad. Así era el llanero que vio el
Dr. De Armas hace más de medio siglo atrás, así sigue siendo el llanero de
nuestros días. Esa es la realidad de nuestro país, de Latinoamérica. Domingo
Alberto Rangel dice que quisiera para nuestros países, para los pobres de América
Latina la miseria descrita por autores europeos y norteamericanos en el siglo
XIX. Es como escoger la menos mala de las miserias.
Sobre las causas culturales que conllevan a la insalubridad
a nuestros campesinos el Dr. De Amas se refiere a la ausencia de una conciencia
sanitaria entre los mismos, el analfabetismo, la ignorancia y la superstición.
“Se observa este espíritu de superstición en el llanero, quien cree mas en el
“daño”, el mal de ojo y en el diablo que en Dios y el médico”, dice el Dr. De
Armas. Propone solucionar estos males a través de la educación, mas el proceso
educativo tiene también una serie de dificultades: el niño enfermo y desnutrido
que poco puede asimilar, el maestro mal preparado o sin especialización y la
ausencia de locales adecuados.
Las causas patológicas han sido divididas en dos
categorías:
1-Causas predisponentes, y
2-Causas determinantes.
Las causas predisponentes tienen que ver con la
alimentación, las intoxicaciones exógenas, la insalubridad de la vivienda, los
hábitos antihigiénicos de vida y el trabajo fatigante.
La alimentación del campesino la califica de escasa y
defectuosa: “Una vieja fórmula, muy dura, pero muy expresiva, dice que los
hombres necesitan antes que nada comer y beber, pero haciéndolo en una forma deficiente
y anormal, como se observa en el campesinado nuestro, acarrea a esos infelices
otro mal que se suma con nefastos efectos a los muchos que lo azotan: la
enfermedad social del hambre crónica”. Anota De Armas.
El Dr. De Armas concluía que las causas que más afectan la
pésima alimentación del venezolano son la ignorancia, la miseria y el estado
primitivo de nuestra agricultura.
Las intoxicaciones exógenas se refieren al consumo del
café, el tabaco y el alcohol.
CAPÍTULO VI
RECTOR DE LA UNIVERSIDAD
CENTRAL DE VENEZUELA (1948-1951)
“...La Universidad como
institución nacional es única y eterna, en la montaña, en el lago, en la
costa...”
( Julio De Armas)
El Dr. Julio De Armas fue designado Rector de la Universidad Central
de Venezuela de 1948 en sustitución del Dr. Santiago Vera Izquierdo. La
designación provenía del Ministerio de Educación Nacional por disposición de la Junta Militar de Gobierno; y la
juramentación se realizó el día 20 de diciembre
en el Paraninfo de la Universidad
Central.. En la misma hicieron acto de presencia el Ministro
de Educación Nacional, profesor Augusto Mijares; el Rector Saliente, el
Director de Educación Superior, Secundaria y Especial, Dr. Héctor Guillermo
Villalobos. El Dr. De Armas en su intervención abogó por la autonomía
universitaria como poder en función de
gobierno y por la promulgación de un
estatuto orgánico de las universidades como su instrumento legal.
Una vez afirmó con modestia:
-
Llegué al Rectorado de la
UCV por la magnanimidad de un Presidente y de dos Ministros
de Educación: el General Isaías Medina Angarita y los profesores Rafael Vegas y Augusto Mijares, más que por
mis meritos personales que sólo aportaron una inquebrantable mística, deber de
servir y devoción institucionales.
Coronaba
su carrera universitaria iniciada como médico de la institución y luego en
calidad de Director de Organización de bienestar Estudiantil, docente y
Vicerrector.
En su gestión frente al rectorado de la UCV , desde sus inicios en
1948, lo acompañaron Dr. Ismael Puerta Flores en calidad de Secretario de la Universidad ; y el Dr. Juan Francisco Stolk en el cargo de
Vicerrector. Luego, en 1950, el Dr. Héctor Hernández Carabaño sustituyó al Dr.
Ismael Puerta Flores en la
Secretaría , quien a su vez se encargó del Vicerrectorado.
El Dr. Julio De Armas en el poco tiempo que
dirigió los destinos de la UCV
trató de defender la autonomía de la institución en una época signada por un
régimen producto de las bayonetas. A propósito de este tema sus palabras
mantiene una extraordinaria lozanía y
vigencia en los actuales momentos :
Es necesario-si aspiramos que
la universidad triunfe- que se ahogue todo sectarismo, que se margine toda
intención que no responda a la razón que para servir a ella, nos desvela y nos
impulsa. Que el juego de los intereses personales deje de minar las bases de
este viejo y noble claustro. Nuestra posición es de permanente respeto por las
ideologías, que sin negarlas, no permitiremos su práctica dentro del aula por
considerarlas perjudiciales frente a los intereses netamente universitarios.
Por eso hemos mantenido firme la hermosa tradición de evitar que intereses
extraños traten de inmiscuirse en la función universitaria, utilizando la
universidad como sede de actividades de otro orden.
Rescató la biblioteca de Miranda, donada
personalmente por el Prócer; hizo restaurar los muebles de José María Vargas;
mejoró los servicios de consejería y de transporte; hizo catalogar y clasificar
técnicamente 4.087 volúmenes en la Biblioteca Central
y adquirió 1.704 obras de diversas ramas del saber; confirió 1.118 títulos,
estableció por primera vez una residencia universitaria para señoritas;
trasladó las nuevas facultades de Agronomía y Veterinaria para Maracay; e inició
una serie de investigaciones en el campo de la antropología y la arqueología.
La creación de Instituto de la Fiebre Aftosa
se efectuó bajo su égida en tiempos cuando ese
mal azotaba el país.
Para el buen funcionamiento de la universidad
se aprobaron una serie de reglamentos que regulaban no sólo la actividad laboral en muchas facultades,
escuelas y laboratorios, sino también lo concerniente a las tesis doctorales,
los exámenes, las equivalencias y reválidas; y hasta las residencias
estudiantiles.
En medio de un creciente trabajo en la
universidad en el periodo del Dr. De Armas se creó la Consultoría Jurídica ,
en 1950, para responder a las numerosas consultas de tipo legal. La Consultoría Jurídica
fue dirigida en sus inicios por el Dr. Rafael Pizani y luego por el Dr. Gustavo
Díaz Solís.
En el Salón Rectoral se colocaron los libros
donados por El Libertador, el libro denominado Becerro, donde se regístrale
acontecer histórico de la Máxima Casa
de Estudios del país; y el escritorio y sillón que perteneció a José María
Vargas.
Con respecto a este último punto, acotamos
que en 1950 el Dr. De Armas descubrió la
silla rectoral de Vargas. Entonces funcionaba el Alma Mater en la sede del
Palacio de las Academias. Una puerta cerrada, un cuarto y una leyenda fueron
los motivos casuales del descubrimiento. De Armas Dice: “Con coraje y
curiosidad de verificar entre la leyenda y la realidad, nos aventuramos a darle
luz a la verdad y al cuarto misterioso. En los primeros pasos interiores
,tropezamos entre tupidas telarañas y capas de polvo enmarañadas y dispersas en
aquel oscuro escenario: muebles y más muebles de diversos usos, unos casi
inservibles, otros destruidos”. Y luego continúa: “ Inventariamos y sacudimos
unos que otros, acompañados del viejo Piña y otros funcionarios bedeles. Cual
sería nuestra sorpresa frente a una silla, más bien un sillón académico,
tallado Luis XV, con incrustaciones de
dibujos arabescos, otros a fuego, muchos a dorado. Letras testimoniales: UNIVERSIDAD CENTRAL, grabados con diseño del siglo XIX.¿La silla del Dr.
Vargas? Exclamamos. Faltaba la experticia del especialista para confirmarlo.
Solicité y obtuve de seguidas, el informe del experto en decoración y
mobiliario colonial del señor Muller, quien por su especialidad y experiencia
había amoblado la Casa Anauco ,
de esta capital, antigua residencia de campo del Marqués del Toro, habitada y
visitada por El Libertador tantas veces...Fue afirmativa nuestra sospecha...”
En el centenario de la muerte de Honorato de
Balzac se celebró en el Paraninfo de la universidad un acto solemne y el
embajador de Francia en nuestro país,señor Jean Bourdeillette, le impuso al Dr.
Julio De Armas la insignia de la
Legión de Honor.
En abril de 1949 la UCV realizó la primera
expedición científica a las regiones del Sur del Estado Guárico y a la Isla Garcita y sus alrededores.
En esa expedición tomaron parte el propio Rector Julio De Armas, el Director
del Instituto de Antropología y Geografía, Dr. Miguel Acosta Saignes; y el Director del Departamento de Biología de
la Escuela de
Ciencias y de la Facultad
de Medicina Veterinaria, Dr. Tobías Lasser. Con los materiales
recolectados en esa y en
otras expediciones( a los estados Bolívar, Miranda, Sucre, Lara y Nueva
Esparta) se inauguró el primer Museo de
Antropología y ciencias Naturales de la Universidad.
Se instituyó el 28 de octubre de cada año
como fecha para realizar los actos de apertura de cursos correspondientes al
año académico. En 1949 el Dr. De Armas
inauguró el año académico con las siguientes emotivas palabras:
“Significación
profunda para la vida universitaria es celebrar cada año el acto de la apertura
de cursos. Hora esta de reflexión para todo el conglomerado del Instituto
cunado la voz suena dentro de nuestra vieja casona anunciando que otro año
académico empieza. Y esa voz se entona en este instante para magnificar con la
elocuencia del sentido esa fecha, y el espíritu se apresta para volver a
refrescarse en la linfa pura que corre eterna y diáfana por los cauces de la
enseñanza y de la ciencia. Y a la luz del onomástico de nuestro Libertador y
bajo el signo místico de un calendario fecundo, venimos como en romería
espiritual, a decir lo que se ha hecho en el vivero universitario y a
planificar en algo la esperanza y el esfuerzo encaminados para la nueva etapa
que se inicia. Bajo su nombre nos acogemos para sentir mayor responsabilidad y
mayor el peso de las obligaciones que se contraen con el Alma Mater; y nos
inspiramos en su acción, la acción de este grande hombre que para todo acto
nacional tuvo la firme voluntad de estar forjando patria, esculpiéndola a golpe
de mano maestra y que nos legó como herencia de su gloria y de su
desprendimiento”
Con De Armas se inauguró una galería de retratos al óleo para reconocer a los
rectores desde la fundación de la Universidad.
El pintor Edmond Wolterbeck fue el encargado de realizar el
trabajo artístico. En esa misma materia cultural se inserta el traslado de
varios libros donados por El Libertador a la Universidad y que se
encontraban en poder del Ministerio de Educación Nacional. Entre esas obras
estaban El Tratado del Arte Militar de la Guerra , de Montescucoli; y El Contrato Social ,
de J. Rousseau.
En junio de 1951 Julio De Armas renuncia al
rectorado por presiones provenientes del gobierno central, ya que era un
profesional que tenía un criterio peculiar sobre la política en la universidad.
Por eso una vez afirmo al especto:
-Sobre la política en la universidad comparto
la respuesta que una vez dio en una oportunidad el ilustre ex rector de
Salamanca, Don Miguel de Unamuno, cuando dijo que la única política que admitía
en la Universidad
era la política de la entereza. Es decir la política de mantener y defender los
principios y fueros que conforman la fisonomía institucional universitaria: la
autonomía académica, el estudio, la investigación, la disciplina.
Luego agregó: La política convierte a la
universidad en casa de partidos políticos, en forum para la violencia, así como
también es inaceptable que pueda ser escogida por minorías como cuartel de
subversión y escenario para la
delincuencia.
Finalizaba una gestión rectoral signada por
persecuciones, presidios y presupuestos
míseros; pero según su criterio había cumplido los tres condiciones exigidas
para aceptar el cargo: 1) Respeto a la autonomía y vigencia del Estatuto
Orgánico de las Universidades Nacionales, entonces derogado.2) Recomendar
directamente el nombramiento de las personas que comandaban la dirección de la
institución.3) Negar la intromisión de ningún otro poder que no fuera el
universitario.
Todas esas condiciones se mantuvieron hasta que la soberbia del Ministro de turno,
y la intromisión del oficialismo en el aula, intervino la universidad y echó
por tierra la autonomía pisoteando todos los fueros. Muchos profesores fueron
expulsados de sus cátedras ganadas por escalafón y por concursos.
Ismael Puerta Flores aprecio el trabajo
rectoral de Julio De Armas de esta manera: “Supo coordinar el propio esfuerzo
de tutelar la vida universitaria con una política digna de la historia de
nuestra institución. Se vivió más de dos años sosteniendo la débil urdimbre
universitaria que mantenía las cimbrias de las voluntades combinadas. Se
sostuvo el régimen difícil de dictar clases dejándose libertad a las pasiones.
Julio De Armas pudo instruir el mandato de estudiar y luchar.”
CAPÍTULO VII
“Para ser buen médico, hay que pasar por la
vida estudiantil universitaria sintiendo y demostrando vocación por la carrera,
amor y contracción por el estudio, ejercitarse en la buena memoria, en el
espíritu de análisis y de síntesis, mostrar resistencia física y forjarse
principios de ética indeclinables...”
(Julio De
Armas)
El
26 de junio de 1954, en el auditorio del Colegio de Médicos del Distrito
Federal, se efectuó el acto de homenaje en honor a Julio De Armas . Los
estudiantes que culminaban sus estudios de medicina lo habían escogido para que la promoción llevara
su nombre.
Los bachilleres que en ese entonces se
graduaban en 1954 iniciaron su carrera
en 1948, por lo tanto se formaron como galenos en tiempos cuando Julio De Armas
regentaba los destinos de la UCV. Eran 148 nuevos médicos,
que a decir de De Armas establecieron un diálogo que desbordaba el ritmo
acelerado al auscultar los pechos jóvenes para sentir el viejo latir del Alma
Mater.
En su discurso De Armas se refirió a la
mística institucional, es decir al amor y vocación por la universidad; al
espíritu universitario o sensibilidad cada vez más inclinada al estudio; a la
fe de los profesores en su papel como ductores de las nuevas generaciones; a la
universidad como institución encargada de estudiar los problemas nacionales; y
al trabajo en equipo como expresión de coordinación y planificación para lograr
resultados completos y positivos.
Sobre la autonomía universitaria expresó que
ella es base sólida funcional de la institución; así como la política en la
universidad debe girar en torno al respeto de propios y extraños, con la
observancia de los principios básicos institucionales: la cultura, la formación
académica y la libertad del pensamiento exclusivamente científico. “(la
universidad) tiene función específica y definida. Es nuestro concepto de ayer,
de hoy y siempre, el que dentro del recinto, la militancia y el choque violento
de las pasiones políticas, lesionan sus sagrados intereses al tomarla como
reducto de luchas partidistas”. “La Universidad es un
templo donde todos debemos culto al estudio y a la unidad del espíritu y de la
sangre”.
Trató el tema de los estudiantes que se
acercan a la carrera de medicina sin una verdadera vocación profesional por lo
que su desempeño es pobre mientras estudian y peor todavía luego de graduarse.
Resumió esa situación peculiar con palabras de Houssay : “Si un mal estudiante
es una carga presupuestal, un mal médico constituye un peligro.” Cito
jocosamente a Nicolle, quien expresó que
“el médico tiene la suerte de que sus triunfos los ilumina el sol, pero sus
faltas las oculta la tierra”. Critico las especializaciones extremas de la
medicina que en la práctica son una desintegración de la misma “que aminoran
cultura médica general a los galenos”.
Definió la profesión médica como un
apostolado en el que no hay espacio para
los cómodos e indolentes con afán de lucro y ánimos de explotar el dolor ajeno.
El médico responsable , entonces, es un
eterno estudiante que absorbe los conocimientos del día, que atiende con
solícitos cuidados a sus pacientes, y
que observa la ética profesional constantemente.
Recomendó a sus ahijados dedicarse a la
investigación científica por ser un rico filón para explotar el éxito en el
estudio de muchas enfermedades de nuestra compleja patología tropical. Abonarse
en la cultura humanística teniendo en cuenta
la sentencia de Letamendi : “el que sólo sabe de medicina, ni medicina
sabe”.Finalmente recomendó seguir
cultivando la nobleza del gusto como expresión suprema de espíritus selectos.
El Dr. José Ramón López Gómez, quien intervino
en nombre de los graduandos, reconoció las virtudes de Julio De Armas como
Maestro y Rector. Sobre lo primero destacó sus cualidades docentes para
orientar a muchas generaciones médicas que han sabido extraer de su ciencia el
precioso caudal de los conocimientos clínicos y de su altruismo el alto sentir
humanitario de la ciencia hipocrática.
López
Gómez califica al Rector que
conoció como hombre recatado y sencillo, cumplido ciudadano respetuoso de la
dignidad humana, accesible a todos y para todos. “ Haciendo gala de fina intuición
coordinadora en momentos de crisis en todos los órdenes sociales, movió los
resortes capaces de salvaguardar los intereses del movimiento científico y
cultural”. También habló JRLG sobre el principio de Autonomía Universitaria , defendido con firmeza por
Julio De Armas.
Por su parte el Dr. Pedro Penzini Hernández
elogió al homenajeado como hombre de limpia, honesta y recta vida profesional.
En 1979 fueron celebradas las Bodas de Plata
de la Promoción Julio
De Armas en un hotel de Caraballeda. El Dr. Julio De Armas fue acompañado en el
presidio por algunos de sus ahijados tales como los Dres. Amilcar Torrealba,
Arnaldo Gamboa, Alí Rivas, Francisco Herrera Luque, Félix Amarista y Alcides
Carrizo. Se entregaron diplomas y medallas como
recordatorios .Los integrantes de la promoción evocaron momentos de sus vidas como estudiantes en la
vieja casona de San Francisco y en las edificaciones de los Chaguaramos.
También guardaron un minuto de silencio por los compañeros fallecidos.
El 9 de agosto de 1984 fue recordado el
XXX Aniversario de la Promoción Julio
De Armas en el Palacio de las Academias. Nuevamente el Dr. José Ramón López
Gómez tomó la palabra para referirse a su Maestro, ahora Presidente de la Academia : “ ...Como médico pertenece a la estirpe de
Aguerrevere y de J.M Ruiz Rodríguez, acertado como clínico, ponderado en la
receta, humano en el decir. Como humanista es el hombre de la pluma ágil y
amena que nos deleita con sus artículos periodísticos y ensayos históricos,
como doctor universitario el haber logrado, entre otras realizaciones: la Escuela de Laboratoristas
Clínicos, el Instituto de Psicología y Psicotecnia, la reorganización y
traslado a Maracay de la
Facultad de Agronomía y Veterinaria, así como otros
importantes hechos de la vida universitaria...”
Luego JRLG nombró algunos de sus colegas
de promoción destacados en labores
médicas y científicas como: Simón Becker, Otto Hernández Piereti, PedroManrique
Lander, Ibrahim González Urbaneja, José Luis García Zozaya, Rafael Villasana,
Modesto Rivero, Carmen Luisa Arocha, Luis Armando Contramaestre, Arnoldo
Gamboa, Juan Ricardo López, Clemente Valdirio, Antonio Briceño, Pedo González,
Diógenes Ron Troconis, Alcides Carrizo, Fernando Raimondi, Pedro Guzmán, Luz
Chompre, Armando Tremaria, Manuel Arellano, Ramón Fernández, Rafael
Barreto,Manuel Henriquez y Amilcar Torrealba. También cita a los sanitaristas y
gremialistas: Felipe Bello, Isidro Toro, José Pérez y Alberto Sira, Ali Rivas,
Raúl Valeri, Anibal Lairet, Efraín Bedolla y Francisco Godoy. La pléyade de
galenos es rematada con un “testigo excepcional, nuestro muy destacado
siquiatra y escritor, Francisco Herrera Luque”.
CAPÍTULO VIII
EL ECOLOGISTA. EL PREMIO HERNY PITTIER (1954)
“Frente a mi casa han nacido dos arbolitos. Los he visto
crecer y echar raíces. Con amor los acaricio cuando el día me lanza a la tarea,
y cuando la noche nos invita al silencio
y la meditación. El invierno los ha vestido con el verdor del retoño, y el
rocío de la madrugada los siembre de perla de agua. Cuando la luna los mira
parece que se sacudiera como cuajados de ramazones, así como cuando los niños
presumen de sentirse hombres. Al paso del bullicio de la calle, el viento los
mece con un vaivén de cuna...Árbol y niño, savia tierna y sangre nueva. Árbol y
niño, niño y árbol)
(Julio De
Armas)
El
23 de julio de 1954 en el local de la Sociedad Venezolana
de Ciencias Naturales en Caracas le fue entregado a Julio De Armas el Premio
Henry Pittieer correspondiente al año 1953.
El Premio Henry Pittier al Mérito Agrícola
fue instituido por John Pheps en 1952, en memoria del eminente científico, Dr.
Henry Pittier, y como estimulo a quienes laboran por el avance de la
agricultura en Venezuela, en la acepción más amplia de la expresión, que
incluye todo lo relativo al aprovechamiento del campo en los ramos agronómicos,
ganaderos y forestales. Así lo explicaban los promotores del premio.
El Dr. De Armas fue postulado por los
estudiantes de la Facultad
de Agronomía de la Universidad Central
. Obedecía esa postulación a su destaca
labor en numerosas actividades agropecuarias, que abarcaban desde los campos de
la producción, extensión, docencia y legislación hasta la investigación
netamente científica. Como Rector de la Universidad Central
mejoró las condiciones de funcionamiento de las Facultades de Ingeniería
Agronómica y Medicina Veterinaria. A esas mencionadas facultades las dotó de
abundante material de laboratorio y fortaleció sus cuadros docentes.
Los estudiantes remataron su postulación de
esta manera: “ ...(su) labor universitaria que hoy reconocemos, es justamente
producto de la síntesis en un hombre, de toda la vocación por el campo y sus
problemas, reflejada en la acción positiva que en cada oportunidad de la vida
ha podido materializar desde cualquier posición o cargo que ocupase”.
La relación de Julio De Armas con el campo
venezolano queda suficientemente demostrada a través de su hoja de vida. Como
propietario de fundos agrícolas ensayó métodos zootécnicos y de mejoramiento
agrícola. Ensayó con varios tipos de gramíneas para tratar de enriquecer la
alimentación de los ganados y combatir la erosión de los suelos.
Elaboró un programa de recuperación agrícola
con el objeto de balancear la alimentación del campesino y racionalizar los
métodos de explotación y tratamiento de la tierra. Todas estas ideas progresistas las exponía en
todos los foros donde le toco participar como la Asociación Nacional
de Ganaderos y la Cámara Agrícola
de Venezuela. A través de los medios de comunicación, radiales o impresos, hizo
exposiciones sobre conservación de bosques y distribución de aguas para
pastoreos y protección de pastos. Como docente universitario orientó la
enseñanza en las facultades antes
mencionadas e incorporó a las mismas al Instituto Nacional de Agricultura. En
el ámbito de la investigación científica estudió varias plantas forrajeras
tóxicas en la alimentación del ganado; algunos insectos perjudiciales al ganado
vacuno; y contribuyó al estudio de la
epidemia de la fiebre aftosa y su virus causal. Se preparó a conciencia para realizar estas
investigaciones en diferentes facultades e institutos de América del Norte y Europa. En 1949 como Rector de la UCV aplicó un plan de
Extensión Cultural Agropecuaria de carácter universitario para la difusión de
conocimientos y normas técnicas entre los campesinos. Fundo, junto a otros, el
primer ensayo de cooperativismo rural y formó parte de varias comisiones
gubernamentales relacionadas con el sector agrícola y pecuario.
John Phelps al hacer la entrega del premio expresó que al recaer esa
distinción en el Dr. Julio De Armas significaba también un homenaje a todos los
hombres del campo. Al mismo tiempo destacó la labor del médico tanto en la universidad
como fuera de ella, y específicamente en el la esfera de la agricultura y la
ganadería.
Por su parte el Dr. De Armas agradeció, en
nombre de todos los hombres amantes de la naturaleza, que su nombre fuese
escogido para concederle tan importante reconocimiento, e inicio su discurso de
esta manera: “ Como en los tiempos en que imperaba el estilo oratorio, era
costumbre al empezar cualquier disertación pública, invocar el nombre de Dios y
de la Patria ,
procedo hoy de igual manera invocando el nombre del Dr. Henry Pittier”. Luego
se refirió al gran botánico que no sólo clasificó plantas, sino que también las
incorporó a la Ciencia
y divulgó sus usos médicos, y precisó su valor industrial y comercial, tanto
nacional como internacionalmente. En Pittier reconoció y alabó al científico que inculcó la
necesidad de proteger y defender los bosques, conservar las corrientes de agua,
favorecer el régimen climatológico, despertar conciencia social sobre la
campaña sobre la campaña antierosiva de los suelos; y por sobre todo el noble
ideal de servir a Venezuela.
El cambio de profesión que una vez realizó
Henry Pittier al ser designado director del Observatorio Cagigal, De Armas lo
poetizó así: “En una época dejó de hurgar la policromía de las flores para
entregarse al deleite de sondear el misterio luminoso de las estrellas...”
Como Lazo Martí en su Silva Criolla hace un
llamado para que el hombre regrese a su bucólico paisaje (Es tiempo de que vuelvas; / es tiempo de que tornes.../Ven de nuevo a
tus pampas.) , así De Armas insta a obedecer el mandato telúrico al
finalizar su discurso: “...Ha llegado la
hora del regreso espiritual y material al campo, para defender y complementar
interesantes aspectos de nuestra soberanía”.
CAPÍTULO IX
MINISTRO DE EDUCACIÓN (1958)
“Mientras no llegue a forjarse la
conciencia sanitaria popular, el resultado efectivo de una campaña higiénica se
hace incompleto, arduo, lento. Nuestro pueblo en general reclama urgentemente
esta acción educativa...”
(Julio De
Armas)
En
vísperas de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez, el nombre de Julio De
Armas sonaba para el cargo de Ministro de Educación. El régimen lo tenía en la
lista de los conspiradores por lo que De Armas se ocultó ante las persecuciones
y se abstuvo de participar en manifestaciones públicas. El 23 de enero de 1958
la gente coreaba en Miraflores el nombre
de Julio De Armas para un cargo ministerial. Por la radio se enteró que la Junta Revolucionaria
lo invitaba a Palacio, y al hacer
entrada al mismo ,el Dr. Edgar Sanabria, Secretario de la Junta de Gobierno le dijo:
“A usted lo eligió el pueblo”.
Acerca de si la designación de Ministro de
Educación era la cúspide como educador, De Armas contestó:
-Creo que cuando se ejerce esa noble misión
con sinceridad no se alcanzan cumbres, sino se persiguen metas y se acredita la
vigencia.
Como Ministro de Educación denunció un
golpe de Estado. Así se lo dijo al Contralmirante Wolfang Larrazabal,
Presidente de la Junta
de Gobierno:
-Señor Presidente, informó a usted de una
grave situación en la
Universidad , cuyas consecuencias son imprevisibles por la
violencia y la exaltación de los manifestantes. Creo mi deber y asumo la
responsabilidad como Ministro de Educación de hacerle frente personalmente para
lo cual necesito su autorización, y también quiero que sepa que yo no voy a la Universidad a echar
discursos, sino a decir la verdad.
Julio De Armas estaba en el Palacio
Presidencial rindiendo cuentas, cunado recibió una llamada de los miembros de la Comisión Universitaria
que el mismo había designado para la reorganización de la Universidad Central
de Venezuela y de otras instituciones de educación superior golpeadas por la
dictadura perezjimenista. Le notificaron a De Armas que en los recintos de la UCV se había congregado una
multitud, especialmente en el Aula Magna, compuesta por estudiantes y gentes
del pueblo, todos con extrema exaltación de sus ánimos. Proyectaban una masiva
manifestación callejera desde la
UCV hasta las sede del Palacio Blanco para protestar contra
los enemigos de la democracia por cuanto circulaban rumores sobre un golpe de Estado.
El Contralmirante Larrazabal consultó con los
miembros del Gabinete y el Ministro de Educación ,Dr. Julio De Armas, se
dirigió al Aula Magna, donde los oradores intervenían airadamente. Lo
recibieron con respeto, como siempre lo había tratado el estudiantado. Habló
serenamente para hacer un llamado al
orden, y a la necesidad de evitar manifestaciones de violencia,
situaciones que favorecían a los golpistas. Sus palabras surtieron positivo
efecto y los estudiantes desistieron de la manifestación.
Al Llegar al Ministerio de Educación la
situación en esa materia era dramática: las universidades habían sido
ultrajadas por la dictadura, la formación de nuevos cuadros profesionales
estaba rezagada, el profesorado disperso
como consecuencia de las persecuciones políticas. La educación secundaria,
normal y técnica exigían reformas acordes con los nuevos tiempos que se vivían.
En poco tiempo, algo así como cuatro meses, y en difícil paso de un régimen
dictatorial a uno democrático signado por las inconformidades y un clima de
violencia, el nuevo Ministro de Educación trabajó sin descanso en la
organización interna del Ministerio: nombró a un personal directivo selecto, transformó
al magisterio nacional en una institución más armónica y más uniformemente
capacitada, tecnificó al persona administrativo y dio una nueva orientación en
la metodología y planes de trabajo del Ministerio, dentro de programas
integrales, de inmediato y largo alcance. También solicitó y logró un aumento
de un 30 % del presupuesto, planificó una auténtica reforma y reorganización de
las universidades nacionales, al frente de las cuales nombró a un grupo de
autoridades que posteriormente fueron ratificadas en sus cargos directivos pos
sus respectivos Claustros. Inició las construcciones escolares para la
enseñanza de normalistas, de técnicos artesanales e industriales.
A Julio De Armas le correspondió hacer
justicia al reintegrar en sus cátedras a los profesores que fueron desplazados
arbitraria y policialmente de sus cargos, incluyendo los que venían del exilio
y los que salían de las cárceles. Un
logro positivo fue el establecimiento del escalafón universitario, del
magisterio y de profesores de secundaria. Se aumentó el sueldo del magisterio
nacional en un 50 % con la creación de las primas por hogar, por hijos ,por
distancia del lugar del ejercicio. Con ello se mejoraba la posición económica
del maestro, así como también se recuperaba parte del prestigio social que
había perdido y se proporcionaba algún desahogo a sus múltiples necesidades, y
hasta oportunidades más tranquilizadoras para el ejercicio y el mejoramiento
profesional.
Estas últimas medidas salariales, según el
Dr. De Armas, le costaron el cargo en el Ministerio:
-Esta iniciativa personal me costó el gran
parte mi salida del Ministerio, impulsada por grupos de presión empresarial y
militar del tren ejecutivo de entonces.Lleno de satisfacción por este logro, me
jugué el Ministerio, retirándome del Gobierno por razones obvias... sin aceptar
el Ministerio de Sanidad y el de Agricultura y Cría que me ofreció el Presidente Vicealmirante
Larrazabal.
De Armas impulsó la creación de nuevas
Direcciones como la de Técnica Industrial y de Administración Comercial y la de
Educación Física. La historia también le reconoce la realización del proyecto
decretado para la apertura de la
Universidad de Carabobo y el estudio de la creación de la Universidad de
Oriente.
Los logros durante su breve pasantía por el Ministerio de
Educación los resumió así:
-...Por encima de todo, mi tranquilidad de
conciencia por el clima de convivencia entre el personal docente todo, para no
establecer diferencias entre “caidos y victoriosos”, el logro de la unidad del
estudiantado, y la intima satisfacción de haber sido siempre un hombre justo.
El
25 de mayo de 1958 , con motivo del Día del Árbol, pronuncia un bello
discurso que por su carga emotiva, espíritu ecologista y fuerza poética
reproducimos íntegramente:
Palabras para niños como para
ser aprendidas en una Escuela, que es como decir, voces para ser dichas en un
bosque que es una Escuela para árboles.
Un árbol es como un niño. Nace de la tierra
madre. Desde el germinar de la semilla hasta que levanta su ramazón al cielo.
Se espiga como el niño, hasta alcanzar la edad del hombre. Extrae de la entraña
telúrica la savia nutritiva. Por sus venas verdes sube la esencia para hacerse
color en los pétalos y perfume en el aliento de la flor. Si hay fronda en la
luz y ramaje para colgar los nidos, la vida se estremece como un sueño de amor.
Hay sombra en el paraje, embrión en el surco y oasis de frescura en el jaguey.
Frescor bajo sus ramas como posada para el caminante y paradero donde se
adormita el rebaño. Ya el árbol es grande y el niño se ha hecho hombre. Se dan
la mano en el tiempo y dialogan con la vida o con la muerte. Si el hombre no se
hace compañero bajo el signo de la convivencia, el árbol se desmaya en el
mustio color de las hojas y el hombre deja de ser niño y mata el árbol. La
savia empalidece con la
pobreza de la fuerza nutricia. El viento que antes jugueteaba con la flor y la
hoja, derriba el fruto y estremece el tronco. El árbol va a morir. Agoniza el
paisaje y el nazareno del crepúsculo tiñe la tarde moribunda. La madre tierra
no tiene lágrimas de agua en el manantial ni llanto en el estero, ni sudor de
lagunas en el sol de mediodía. Es el hombre quien esconde la mano amiga para
incendiar el bosque, calcinar la sabana, segar las aguas y agrietar el mudo
silencio de la arena en la garra de la erosión y en la miseria del suelo
infecundo. La vaca da camina sedienta en busca del exiguo retoño de los pastos.
El hombre se detiene para mirar su obra destructora. Se derriba el árbol, la
sombra y el frescor se fugan y ya no hay pájaros, ni trinos, ni color. La
tierra, como madre común le ha dado todo y él le retribuye con agonía y dolor.
Del verdor de los maizales y la robustez de las mazorcas, queda rendido el
esfuerzo sobre el surco, porque la entraña es pobre. La dorada maceta de la
espiga se torna casi gris en la peinada cabellera del arrozal. El frijolar
tostado como la tierra misma, apenas abre los brazos endebles de sus bejucos
trepadores. El conuco dejó de ser el cordón umbilical del campesino y los caminos aparecen
polvorientos y desolados. Los ríos rellenan el fondo de sus cauces con la arena
caliente del verano, y desbordan el caudal y rumor de sus aguas por bosques y
sabanas. Y el hombre se detiene vacilante de nuevo, para decir, como el poeta
que se nos ha ido, “un rancho en piernas, una mujer enferma y junto a ella,
contra el suelo, un niño que está comiendo tierra...¡Donde un niño está
comiendo tierra, la tierra está comiendo nuños!”
Si a ese hombre se forja desde niño la
voluntad y el amor de cuidar un árbol, de vivir bajo su sombra acogedora, de
multiplicar la familia vegetal en el bosque, de saber utilizar el múltiple
beneficio de sus maderas; árbol y niño, hombre y árbol, viven para la tierra,
como la tierra vive para ellos.
Ese conocimiento
de la vida del árbol, de la conservación de los bosques para que no mueran bajo
el hacha inclemente y segadora, para que la arena no se haga desierto sobre el
pastizal ni siegue el rocío de las hojas, debe arraigarse como una mano amiga
tendida al árbol, desde la lección aprendida en el aula hasta afirmarse en la
conciencia, y divulgarla a quien no la conoce en defensa de otra vida que nos
pertenece.
Por todo ello, por esta vida que estimulamos
hoy con la siembra de los arbolitos y que invocamos en la muerte de la savia y
en la gris corteza del árbol caído, estamos aprendiendo otra lección más para
mejor vivir. Si la unidad espiritual es la emoción de mantenerse quietos cuando
se hace presente la Patria
en una hora crítica, la emoción de vivir con el árbol es también unidad para la
tierra.
Señores:
Niños de Venezuela:
Cuando vayamos a dañar un árbol, pensemos en la Patria ; cuando nos
acerquemos a un árbol, soñemos en la
Patria ; cuando vayamos a sembrar un árbol, seamos más dignos
de la Patria.
Así, gobernantes y gobernados, niños y
hombres, forjamos como legionarios de un sentimiento mancomunado, una
conciencia nueva y vital para el árbol y con ella, el suelo de la Patria será todo un bosque
de flores entreabiertas como un manto del iris tricolor con el amarillo de los
araguaneyes, el azul candoroso de las flores de Pascuas y el rojo rutilante de
las acacias.
Dios, niño y árbol, hombre y Patria.
El anterior es el discurso de un político , pero
también una pieza oratoria llena de amor por la naturaleza ,extraordinariamente
lírica que cumple con la aspiración de Rimbaud de hacer prosa poética, musical,
sin ritmo y sin rima, lo suficientemente flexible para adaptarse a los
movimientos líricos del alma, a las ondulaciones de la ensoñación, a los
sobresaltos de la conciencia...
CAPÍTULO X
EMBAJADOR
(1959-1962)
“Cuando se congregan agrupaciones sociales y
no se observan categorías de autoridad, respeto y orden recíprocos, la resultante
es la anarquía, y para crear ciencia, asimilarla y trasmitirla se impone como
requisito espiritual el ejercicio de todas las normas de la conducta humana,
desde la responsabilidad y el honor hasta la lealtad y la colaboración sincera
y mutua”.
(Julio De
Armas)
El
Dr. Julio De Armas fue designado embajador de Venezuela en la República de Argentina
el 3 de julio de 1959, y tomó posesión de ese cargo el 8 de agosto de ese año.
Su misión diplomática duró hasta el 1 de julio de 1962.
La prensa de la época calificaba a Julio De
Armas como uno de los políticos más tranquilos y hábiles del país y su nombre
sonaba cada vez más para ocupar una sede diplomática. Así lo aseguraban los
voceros del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El Dr. De Armas desde hace mucho tiempo
mantenía vínculos con Argentina, de carácter científico, social y cultural. Fue
fundador, en 1956, del Centro Cultural Argentino-Venezolano, siendo el primer
presidente de dicha institución, lo que le valió policial por parte de la Seguridad Nacional
en tiempos de la dictadura .Por su actividad en ese centro el gobierno de Pérez
Jiménez declaró “no gratos” a los doctores De Armas y Gabaldón Márquez,
directivos de esa institución. El régimen notificó al embajador argentino en
Caracas sobre esa decisión. Por lo que ahora el nombramiento como embajador
tenía un gran significado para la democracia recién instaurada en Venezuela.
Aunque Julio De Armas debutaba ahora en la
diplomacia ya antes había cumplido misiones protocolares en diferentes países.
Formó parte, en 1947, de la misión presidencial, con Rómulo Betancourt a la
cabeza de la Junta
de Gobierno, con motivo de la inauguración en México de una estatua del Libertador.
Viajó igualmente a Nueva York, como delegado oficial y con rango de embajador,
para la reinauguración de la estatua de Bolívar en el Central Park. Su última
misión diplomática, antes del nombramiento para Argentina, la había cumplido en
México en ocasión de la instauración presidencial de López Mateo.
Luego de las diferentes reuniones de
despedida, Julio De Armas se trasladó con su familia a Buenos Aires a bordo del
vapor norteamericano Brazil. Fue
recibido en el puerto por el jefe de protocolo argentino, el embajador Carlos
Leguizaron. El Dr. De Armas reemplazaba en sus funciones a José Nucete Sardi.
El 19 de agosto de 1959 presentó sus
credenciales respectivas ante el presidente de las República Argentina. Dr.
Arturo Frondizini. Desde la embajada el automóvil que llevaba al Dr. Julio De
Armas por los granaderos a caballo, general San Martín; y a su llegada a la
Casa Rosada rindieron honores militares
efectivos del ejército con bandera y banda. En esa ocasión De Armas
expresó lo siguiente:
“Venezuela
y Argentina han estado siempre unidas por tradicionales vínculos de
confraternidad. Hoy día nos preocupa que estos nexos se afirmen en un mayor
acercamiento para conocimiento recíproco de los grandes valores históricos,
científicos y culturales de nuestros dos países. No solamente nos proponemos
intensificar el intercambio de estudiantes y personalidades, sino también
prestar atención a las relaciones de carácter comercial. Proyectamos realizar
un programa de divulgación de los aspectos de nuestra nacionalidad que tengan
mayor realce espiritual en el pueblo argentino”.
En Buenos Aires De Armas desarrolla una
amplia labor para difundir nuestros valores culturales. Organiza la visita de
Rómulo Gallegos, invitado por el diario La Prensa por haber obtenido el premio Alberti-
Sarmiento; al mismo tiempo toma parte muy activa para lograr la adhesión de los
círculos intelectuales argentinos a la candidatura del autor de Doña Bárbara
para el premio Nobel de Literatura. Presenta a l Dr. Ernesto Mayz Ballenilla en
la Facultad
de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires en una conferencia sobre la
universidad venezolana. En la
Facultad de Ciencias Médicas Julio De Armas representa la Universidad Central
deVenezuela , a la
Universidad de los Andes y a la Universidad de
Carabobo en la Tercera Asamblea
General de la Unión
de Universidades de América Latina. Dicta conferencias sobre la
Reforma Agraria en Venezuela, habla
ante la sociedad Bolivariana Argentina, inaugura la Escuela República
de Venezuela en Santa Fe, promueve el concurso literario Bolívar-San Martín,
prepara los actos para celebrar los ciento cincuenta años del 19 de Abril; y es
nombrado por el gobierno argentino miembro principal de la Comisión Directiva
del sesquicentenario del nacimiento del gran educador Domingo Faustino
Sarmiento, siendo el único extranjero distinguido con ese honor.
Una de las pasiones de Julio De Armas era
la critica de la pintura., y esa actividad la continuó desarrollando en Buenos
Aires. Allí en la Escuela Nacional
de Bellas Artes dictó una conferencia
sobre la pintura venezolana, siendo presentado por el rector del
establecimiento artístico Andrés Onato. Inició su conferencia expresando que
era imposible definir el comienzo de la tradición de las artes plásticas en
Venezuela, pues no tuvo su origen como
arte propio. Varias circunstancias contribuyeron al poco desarrollo de las
artes durante la colonia. Afirmó que no hubo un arte religioso comparable al de
México o el Cuzco o de Nueva Granada. Se refirió a las nuevas orientaciones del
arte, a las influencias de los mejicanos , y al arte social. Comentó brevemente
el movimiento surrealista, la pintura representativa del arte abstracto, el
naturalismo, el realismo poético y el realismo expresionista.
El Dr. Julio De Armas desarrolló en Buenos
Aires una labor amplia para difundir el pensamiento bolivariano, y tal vez a
esto se debe el gesto del presidente del Argentina, Dr. Arturo Frondizini de
entregar al gobierno venezolano, a través de su embajador, un borrador de puño
y letra del Libertador Simón Bolívar.
En esa carta Bolívar acusa recibo de un
despacho de la Asamblea General ,
donde se le informa acerca de la constitución del cuerpo representativo de las
provincias del Alto Perú. La carta está fechada en Lampa el día 4 de agosto de
1825.
En abril de 1962 el presidente argentino,
Dr. Fronzini, fue derrocado. El presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt,
expresó que su línea política en el plano internacional consistía en no
reconocer ningún gobierno que no haya surgido del voto popular. Por esas
razones el embajador Julio De Armas recibió instrucciones de regresar al país.
Antes de hacerlo, la Sociedad Bolivariana
de la República
Argentina lo condecoró con la medalla al merito bolivariano
en agradecimiento por la colaboración prestada a la entidad durante su permanencia
en Buenos Aires.
CAPÍTULO
XI
PRESIDENTE DE LA ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA (1984-1986)
“...En
el seno de ella (La
Academia Nacional de Medicina) hay personas de edad, médicos
jóvenes, hay maestros y hay discípulos .Pero todos animados de un solo ideal:
el progreso de la Medicina ”
(Julio De Armas)
El 13 de Marzo de 1893 se
fundó en Caracas la Sociedad
de Médicos y Cirujanos, propugnada por Luis Razetti, Santos Domínici y Francisco Rísquez. En 1894 desapareció esta
sociedad. En 1902 Luis Razetti redactó
el proyecto de Ley para la fundación del Colegio de Médicos de Venezuela, el
cual se instalo el 5 de Julio de ese mismo año. Este colegio fue transformado
en la Academia
Nacional de medicina, instalada el 11 de Junio de 1904.
Julio De Armas ,médico internista, fue elegido Individuo
Número de la Academia
Nacional de Medicina el 28 de julio de 1949.Su elección se
hizo de manera directa para suceder al Dr. Hermógenes Rivero Saldivia. El 28 de
octubre de 1965 se incorporó a la
Academia con el trabajo titulado Antimano y su comunidad.
Estudio Médico-Social, cuyo juicio crítico leyó el Dr. Miguel Zuñiga Cisneros.
El acto de recepción se verificó el 7 de diciembre de 1967, dándole la
bienvenida el Dr. Pastor Oropeza. Cuando escogió su tema de incorporación lo
hizo en el ámbito de la Medicina Social
con una serie de argumentos que aún mantienen su vigencia y validez para las
nuevas generaciones de investigadores. He aquí sus razonamientos:
“Cuando nos dispusimos a abordar un tema de Medicina Social
que pudiera servirnos de trabajo de Incorporación como Individuo de Número de
la honorable Academia de Medicina, nuestra preocupación estuvo fundamentalmente
dirigida al siguiente análisis:
1)
Escoger un tema venezolano.
2)
Que fuera materia en la cual
hubiéramos participado estudiándola directa y personalmente.
3)
Que su sustrato fuera el pueblo.
4)
Que el pueblo fuera integrado como
comunidad.
5)
Que el tema nos permitiera ensayar
alguna investigación como método de estudio.
6)
Que el tópico escogido sobre
medicina social fuera desarrollado, de ser posible, en la mayoría de su completa
estructura.
7)
Que los resultados de este estudio
tuvieran alguna aplicación práctica, a fin de proyectarlos a manera de
experimento sobre la organización de un Centro Piloto.
8)
Que de ese futuro Centro Piloto se
derivaran experiencias guías, ya bien maduradas y filtradas, a objeto de
ahorrar tiempo y gastos inútiles al ser aplicadas en otras regiones del país
atendiendo siempre a las necesarias modalidades de adaptación que origina su
implantación frente a la variada realidad venezolana.
9)
Que en un cálculo prudencial de
dos años dedicados a es estudio, nos permitiera durante ese lapso recoger y
obtener el mayor número de datos para ilustración del mencionado trabajo.
10)
Que los análisis comparativos de
los hallazgos fueran estudiados y referidos dentro de un enfoque general de
problemas de carácter nacional, por una parte, y por otra, con las respectivas
situaciones presentadas dentro del perímetro urbano de la gran capital.
11)
Obvian las razones para la
escogencia de un tema de nuestra medicina social donde el estudio de la
comunidad, con toda su vigencia e importancia actuales explican por sí solo la
trascendencia de la materia, por la cual, además sentimos predilección”.
Julio De Armas ocupó el Sillón XXXV y tomó parte muy activa
en la vida de la Academia :
hizo numerosas publicaciones, fue director de la Gaceta Médica de 1976 a 1978,de 1982 a 1984 fue
vicepresidente de la Academia
y llegó a ser su presidente en 1984; cargo que ocupó hasta 1986.
Con motivo de su elección como Presidente de la Academia Pedro Ramón
Romero en La Figura
de Hoy del Diario 2001 escribió: “Bajo los mismos techos que años atrás le
cobijaron sus ansias de estudiante; entre los mismos rincones que lo vieron
transitar hacia la cátedra de Patología u otra de la misma rama médica, ahora
se encuentra como nuevo presidente de la Academia Nacional
de Medicina el eminente médico Julio De Armas Mirabal. Efectivamente, en el
mismo lugar que años atrás realizara sus estudios de medicina tendrá que
desempeñar la alta distinción de Presidente de la Academia Nacional
de Medicina, por cuanto en un acto solemne realizado en la sede de dicha
Academia fue electo por unanimidad para
tal responsabilidad. Es decir, que el Dr. Julio De Armas Mirabal deja la Vicepresidencia
para ascender a una mayor responsabilidad dentro de la cual le corresponderá
velar por todo aquello que surja a la actualidad mundial para beneficio de la
institución; igualmente incentivar la investigación científica y promocionar a
los miembros que logren connotación dentro este difícil campo.”
La hoja curricular en la Academia lo reseña de esta manera:
Doctor en Ciencias Médicas, UCV, 1932. Tesis doctoral: “Las
leches de consumo y su problema en la higiene infantil". Cursó estudios de
post-grado en Medicina Interna en Nueva York y Buenos Aires. Por un breve
período ejerció primero en Turiamo, Maracay y varias poblaciones del Estado
Aragua; el resto del tiempo en Caracas. Médico Naval en Turiamo, Médico
Militar, Médico de la Cruz
Roja , del Hospital Civil y de la Policlínica Maracay ,
hasta 1935. Presidente y Médico dé la Organización de Bienestar Estudiantil, UCV.
Médico del Hospital Bolivariano. Profesor Titular de Clínica Médica; Jefe de la Sala IV del Hospital
Universitario de Caracas-, Profesor de Patología General y Profesor de
Bromatología y de la
Industria Animal en la Facultad de Medicina Veterinaria; Vicerrector,
Secretario del Consejo Universitario y Rector de la Universidad Central
de Venezuela. Ministro de Educación. Individuo de Número de la Sociedad Venezolana
de Historia de la Medicina.
Asesor de la
Fundación “José María Vargas”. Premio “Alejandro Próspero
Reverend”, 1940. Médico Adjunto de la División de Higiene Escolar del Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social y Médico del Instituto de Previsión y Asistencia
Social del Ministerio de Educación. La Promoción médica, de 1954 lleva su nombre. En su
numerosa bibliografía se cuentan tres libros que han colocado su nombre entre
los médicos escritores: Camino Real, Hombres y Palabras y Presencia de un
Hombre. Entre sus Condecoraciones figuran la Orden del Libertador y la José María Vargas
DISCURSO DE ORDEN DEL Dr. JULIO DE ARMAS, PRESIDENTE ELECTO
DE LA ACADEMIA
NACIONAL DE MEDICINA PARA EL BIENIO 1984-1986
Ciudadano Presidente Constitucional de la República ,
Dr. Jaime Lusinchi.
Doctora Gladys Castillo de Lusinchi,
Distinguido auditorio:
Nada más justo en el sentir del recuerdo que traer a este
encuentro académico, rasgos apenas de la fecunda obra y de la personalidad
magistral del que también fue mi maestro, el Dr. Domingo Luciani, gran cirujano
a la par del Dr. Razetti. Existe reciprocidad en el reconocimiento de la
riqueza de méritos de ambos maestros en la Cátedra de Clínica Quirúrgica, en sus verbos
elocuentes y de alcances pedagógicos que cimentara una sólida experiencia; en
los ejemplos permanentes de sus vidas consagradas por la honestidad, el
espíritu de servicio, devoción profesional, amor a la humanidad, sabiduría,
ética, moral pública y privada. Esta almáciga germinó en siembra fecunda en sus
numerosos discípulos.
Permitidme, colega Presidente que le mencione con
familiaridad interprofesional a usted y a su esposa, cuando me exprese en
conceptos de apreciación personal, manteniendo, desde luego, el estilo de
nuestra Corporación en el trato respetuoso que le debemos todos los
venezolanos.
En el propósito de esta modesta disertación sobre la
compleja y múltiple temática de la ciencia de la salud, no se nos escapa el
buen saber y entender de tal ciencia en el criterio suyo, señor Presidente, de
sus Ministros, Directores y otros dirigentes acreditados, como de distinguidos
colegas al frente de los organismos dispensadores de salud. Esta previa aclaratoria
trae consigo el hecho de ustedes, distinguidos huéspedes, la preocupación de
índole técnica y científica de la Academia Nacional de Medicina, que es, a la vez
una preocupación venezolanista, al hacerse oír, acatar, respetar y desea
colaborar en lo que le corresponde como organismo rector, asesor, y a la vez,
cátedra viva y tribuna abierta para el conocimiento y divulgación de la ciencia
médica nacional, así como de la internacional, de los avances universales en
investigación, de los progresos en tecnomédica y en todas las culturas
biomédicas, cualquiera que sea su procedencia y escuela. Se observa que nuestra
profesión ofrece sectores de especialistas de probada eficacia que disponen de
los equipos de los países desarrollados.
Se da también el caso de que la Venezuela de hoy padece
en primer lugar, de los grandes males que azotan a los países de elevado
desarrollo, como es la predominancia de las enfermedades cardiovasculares, el
cáncer y los accidentes de tránsito, sin subestimar otras dolencias que nos
acosan igualmente. Todo esto hace más comprometedora la conservación y el
fomento de la salud pública.
Bien sabido es, como un compromiso profesional suyo, Señor
Presidente, repitiéndolo como un pronunciamiento de fe pública, que serán
realidad sus promesas de mantener la prioridad de obras en emergencia ante la
crisis de salud pública, educación y una próspera y urgente arrancada en la
explotación de ambas agriculturas nacionales. Todo ello para lograr sanos
cuerpos y mentes populares; mesa limpia y nutrida con platos nuestros que
fortalezcan a este pueblo merecedor del mejor destino democrático.
Por todo y por mucho más, nuestra Academia Nacional de
Medicina, en esta hora de urgentes reformas, le expone, Señor Presidente, su
preocupación y le ofrece su asesoramiento en un plan racional y realista, al
lado de los organismos competentes, en pro de una solución que eleve y mejore
la salud pública.
Todos estos males y carencias mortificantes se afirman en
las desasistidas comunidades marginales, donde prospera el delito, el tarado,
el retardado mental, la drogadicción generalizada, el ser errante que no ha
probado el amor hogareño, víctima del hambre, de la sed de justicia, del
polipaternalismo de la prole, la mujer desamparada que sólo ofrece su sudor, su
sacrificio y su sexo. En escala parecida y en el área de población rural y
poblados interióranos, existen las mismas parasitosis intestinales, igual
desnutrición, el viejo drama del Chagas, brotes recientes de paludismo, rabia
canina, y repercusión en otras de la hepatitis, recrudecencia de la sífilis,
enfermedades venéreas, gastroenteritis, al lado de viviendas insalubres, de la
contaminación ambiental, toxicidad de plaguicidas. Así el campo se queda solo,
y los campesinos se suman a los
desposeídos de las ciudades que en medio del ocio y del desempleo son víctimas
de todos los males. Agudo es el problema social, asistencial. Señor Presidente.
Todo esto, estimados colegas Presidente Lusinchi y Dra. de
Lusinchi, influye con mayores proporciones en los niños, en los adolescentes
sin escuela. La
Academia Nacional de Medicina hace estas reflexiones que son
las mismas de ustedes como pediatras. La Academia Nacional
de Medicina espera que en este quinquenio que se ha inaugurado con una masiva
expresión popular, se aborden a fondo la mayoría de los problemas del niño
venezolano.
También todas aquellas obras que las duras circunstancias
actuales permitan llevar a cabo.
Este acto tiene mucho de gremialista y más de
confraternidad, es expresión de un inmenso sector de la familia médica. La Academia y el pueblo
esperan de las instituciones competentes, mayor protección oficial para la
investigación básica y aplicada, que es la que hace escuela venezolana, a fin
de evitar lo desadaptado y anti-nacionalista, por exótico.
Necesitamos un “perfil médico venezolano” para la patria de
hoy, un perfil que haya heredado del médico de ayer y de sus maestros, las
mejores virtudes y la más noble de las conductas legadas como ejemplos.
Si el galopante índice en el crecimiento de nuestra
población, nos pide mayor cantidad de médicos y su mejor distribución rural y
urbana, comencemos por mejorar la cualidad de esos profesionales en la
enseñanza-aprendizaje, recomendando a nuestra Academia, a las Facultades
medicas velar por su buena formación, por la solidez de sus conocimientos, por
una mayor experiencia en practicas hospitalarias a la cabeza del enfermo; por
su mayor especialidad de sanitarista, porque se incline a la medicina familiar,
la medicina general aumentada de base, sin subestimar otras especialidades. Que
no olviden que el médico ejerce apostolado. Se necesita además, la creación de
una Cátedra y su asignatura de ética y de moral médica en nuestras
universidades. Mayor rigor al cumplir y hacer cumplir nuestros códigos de moral
médica y de deontología por los organismos agremiados. Sin su cumplimiento seremos
perseguidos por una sociedad competitiva, una sociedad consumista, clientela de
angustiados y agredidos, de gente sometida a vida material, donde el amor no
siembra rosas, y donde el odio abona espinas.
Señor Presidente, colega Lusinchi. Colega Dra. de Lusinchi:
Académicos, señoras y señores:
El honor de haberme elegido mis bondadosos colegas
académicos para presidir nuestra Academia Nacional de Medicina en el bienio
venidero se suma a la obligación de agradecer el haber sido vocero oferente de
estas palabras a nombre de nuestra Corporación. Pero por ahora, no es más que
una esperanza realizable, soñadora en este país joven, en espera de que sus
Pediatras Presidenciales le sirvan con el fervor patriótico que profesan a un
pueblo digno y democrático, un pueblo necesitado de eficaces y honestos
administradores, sin olvidar jamás aquella realidad terrible descrita por el
gran poeta Andrés Eloy Blanco: “Los niños comiendo tierra y la tierra comiendo
niños”.
CAPÍTULO XII
INTERÉS POR LA HISTORIA
“La historia nacional es tan inagotable y
pródiga, que a pesar de la sabiduría de los investigadores de todos los
tiempos, siempre persiste un venero de donde extraer valores.”
( Julio
De Armas)
Entre
las múltiples actividades de Julio De Armas el estudio de la Historia ocupó un
capítulo especial. Su interés fue por esa disciplina fue más allá de la historia relacionada netamente
con la medicina y abarcó la investigación de los acontecimientos universales
sin olvidar los de trascendencia regional o local, y el ensayo biográfico de
personalidades relevantes.
Varios libros salidos de la pluma del Dr. De
Armas nos hablan de la profundidad de sus indagaciones humanísticas: Camino Real, Hombres y Palabras, General
Florencio Jiménez Madrid, y el
ensayo histórico La Ganadería en Venezuela, entre otros.
En el prólogo de Camino Real Ramón Díaz Sanchez anota: “Los trabajos que integran
Camino Real son un testimonio de la constante preocupación de Julio De Armas
por los problemas de Venezuela. Variados en sus motivos y diversos en su tónica
y estructura, ellos nos dan la medida de un pensamiento atento y honesto y la
imagen de un escritor inquieto, capaz de manejar con igual soltura la prosa y
el verso...Pero hay además un Julio De Armas que no es el político ni el poeta,
cuyas inquietudes se esbozan también ...: es el curioso de la historiografía y
de la critica historiográfica.”
En Camino
Real Julio De Armas nos habla de la fundación de los pueblos venezolanos
como Las Mercedes del Llano; y no es casualidad: su posesión, denominada San
Joaquín, y donde el hombre citadino se
convertía en labriego ,amante de la
tierra y los paisajes bucólicos, se
encuentra en las cercanías de esa población. Por eso escribió: “No conozco
ningún pueblo de mi tierra que tenga envuelta la historia de su nombre en el
apelativo de tres mujeres. Tres llaneras decididas que con su actitud valiente,
junto a un puñado de hombres, cegaron el tremedal de la Atascosa Abajo , hasta cambiarle
el nombre por el suyo propio. Sugerente relato de un pueblo que nace bajo el
manto nominal y el esfuerzo de tres mujeres, que pastoreando rebaños, surcaron
la tierra del conuco, para alimentar a una generación de su hijos como la vieja
loba histórica a Rómulo y a Remo en el nacimiento de la Ciudad Eterna.”
En esta misma obra deja constancia de su
admiración por el general Joaquín Crespo en su artículo “Un General de
Paraninfo”. El tema sobre Crespo lo abordó en muchas conferencias y
publicaciones. Apreciaba en Crespo su valor que lo hizo destacar en
innumerables combates hasta alcanzar la máxima magistratura, y su fe para emprender la lucha hasta el triunfo, así
como también la lealtad difícil de mantener en tiempos convulsionados de
escaramuzas e intrigas políticas.
El Dr. Julio De Armas localizó el uniforme
que vestía el general Joaquín Crespo el día de su muerte y la hamaca donde lo envolvieron para
trasladarlo. Ambas reliquias las donó al Museo Militar de la Planicie de Caracas. Por
los rastros de sangre y las perforaciones de la vestimenta De Armas reconstruyó
la trayectoria del proyectil, calibre 45, que le segó la vida al caudillo. Así
lo expuso en un congreso de historia de la medicina, con la maestría del
forense y la destreza detectivesca del investigador acucioso:
“Órganos
interesados y trayectoria del proyectil: penetra por el segundo espacio
intercostal izquierdo, sigue en sedal, de adelante a tras, de arriba abajo, del
pecho a la base derecha del tórax, atraviesa la arteria pulmonar, cúpula de la
aurícula izquierda, lóbulo medio del pulmón derecho, borde y parénquima del
lóbulo superior del hígado, para salir destrozando en herida anfractuosa, las
tres últimas costillas derechas, en su sector medio, desgarrando músculos y
piel. Gran hemorragia por los órganos interesados y destrozados. Diagnóstico:
Muerte súbita por herida de proyectil de arma de guerra. Sangramiento masivo.”
En el trabajo General Florencio Jiménez Madrid hace una valiosa investigación de
microhistoria o historia regional. Trata de precisar los rasgos biográficos del
héroe de la independencia nacido, como él, también en Guayabal. Expresa con
humildad y modestia: “Despojado de la
idea de creerme historiador porque nunca lo he sido, sino simplemente un
estudioso y apasionado de nuestro acontecer pasado, dejo explicación del
objetivo que me llevó a escribir estas notas. En primer lugar, la presunción de
Guayabal como centro estratégico y logístico de las tropas tanto españolas, con
Boves a la cabeza, como las de los
patriotas, entre ellos los hermanos Jiménez; y el encuentro por primera y única
vez en la historia de las cruentas luchas por la independencia, entre el
general Páez y el general Morales...”
Más adelante se refiere a la injusticia de la historia, especialmente por omisión: “ Los vacíos todavía son muchos,
y los olvidos más”.
En el ensayo histórico La ganadería en Venezuela realiza una extensa investigación para
determinar el origen del ganado vacuno en nuestro país, las fechas , las
circunstancias y los hombres que se dieron a la tarea de fomentar la ganadería.
Para ello se fue a las fuentes primarias, a los archivos nacionales y
extranjeros, y a los documentos de los registros legales. Buscaba darle forma a
toda una información dispersa sobre un tema que le apasionaba por ser él mismo
un hombre del campo dedicado a la explotación ganadera.
En Hombres
y palabras hay biografías y discursos. Ofelia Cubillán escribió sobre ese
obra: “...Es un libro vital. La
existencia de Venezuela adentro, de acá, de allá, de todos los senderos,
está vestida a través del espíritu y la mentalidad de grandes venezolanos;
seres que dieron la vida en la creación de los pueblos, haciendo abnegadas dádivas a la ciencia, al arte, a la
cultura, a la economía y al trabajo manual que los enaltece...”
Las biografías de destacados médicos
contenidas en Hombres y palabras
constituyen estudios profundos que en breves líneas nos dan el perfil preciso
del personaje. Allí están Vargas, Beauperthuy, Risquez, Vicente Peña y
Leoipoldo Aguerrevere. De Hombres y
palabras Ismael Puerta Flores dijo: “... Estas páginas tienen la indudable
huella del hombre que se ha paseado por la panorámica de nuestros
acontecimientos ,que vive intensamente
el proceso de las horas, y nos da en experiencias las motivaciones más
dispersas, unidas todas por el hilo fisiológico de la voluntad y pasión que da
preeminencia a las cosas”.
En el contexto del estudio de la Historia es importante la relación de Julio De
Armas con la
Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina.
El 3 de Julio de 1945 la
SVHM realizó una ultima asamblea de esa etapa. El 16 de Junio
de 1952 se reorganizó la SVHM
con la presencia de 5 de los miembros fundadores. La reunión se celebró en la
casa de Víctor Manuel Ovalles.
De Armas fue el primero en ser elegido por votación el
3 de Mayo de 1955 como individuo de Numero. Se incorporó el 9 de Agosto de 1955
(Ocupó el sillón N° XXX) con el trabajo: “Vida y obra de un gran venezolano:
Doctor Rafael Herrera Vegas”.
De Armas apreciaba la figura del insigne médico caraqueño por sus
virtudes profesionales, demostradas al llegar a Buenos Aires para colaborar con
el hermano pueblo argentino en su lucha contrala epidemia de fiebre amarilla.
De Armas escribe: “ Llegó solo y con escaso equipaje: un maletín de médico y la
compañía de una sólida cultura, de una bondad ingénita y de un gran talento.
Era portador de un contrato firmado por ambas partes interesadas, donde se
comprometían a remunerar susu servicios, además de otorgarle un seguro de vida.
Al imponerse de la magnitud del mal, con un gesto de incomparable nobleza,
rompió el documento eb presencia del subsecretario de Relaciones Exteriores,
Norberto Quirnas Costas, pronunciando esta hermosa frase: “No he venido aquí a
aprovecharme de un pueblo en desgracia “.
.
El acto de incorporación se realizó en la sede del Colegio de Médicos
del Distrito Federal con la presencia del presidente de la SVHM de aquel entonces, Dr. Zúñiga Cisneros; el
Dr. Ceferino Alegría y Franz Conde Jahn, entre otros muchos. Le contesto el Dr.
Ricardo Archila.
Otros trabajos presentados en la SVHM son los siguientes: Aspectos históricos de
la fiebre aftosa; contestación al Trabajo de Incorporación del Dr. Joaquín
Quintero , titulado “Consideraciones generales sobre el médico de ayer y de
hoy”; Doctor Samuel Darío Maldonado; Datos históricos sobre el principio
hemolizante; Rasgos biográficos y personalidad del Doctor Manuel Díaz
Rodríguez; Bosquejo patobiográfico del General Joaquín Crespo; Palabras del
Presidente de la Academia
Nacional de Medicina en el IV Congreso Venezolano de Historia
de la Medicina.
Por otro lado
el seminario realizado por la Academia
Nacional de Medicina en 1971 y dedicado exclusivamente al
estudio de la participación de los médicos en la Batalla de Carabobo se
hizo sobre la base de una moción formulada por el Dr. Julio De Armas.
CAPITULO XIII
SIEMPRE UNIVERSITARIO
“...Es indispensable mantener y respetar el espíritu
universitario”.
(Julio De
Armas)
Julio Armas por encima de todo fue un universitario, dentro y fuera de las
aulas. Consideraba la educación su
misión más valiosa y relevante para orientar y formar hombres y mujeres de
mentalidad cultivada para enfrentarse con el destino del país.
Los faros para orientarse en el mundo de la
enseñanza estaban en Bolívar, los Bello, los Rodríguez, los Vargas, los Toro,
los Sanabria, los Acosta, los Nuñez Ponte, los Razetti, los Rísquez, los
Hernández, los Martínez Centeno y los Gallegos, entre muchos otros. Ellos
consagraron sus vidas hasta alcanzar en la plenitud de todas sus virtudes, el
más puro sendero de enseñar, sembrar rumbos, inculcar ejemplos, forjar
principios, cultivar el intelecto, afirmar la moral, servir al pueblo, erigirse
en dirigentes para honrar el más ansiado título de maestro, como constante
vital.
Sus reflexiones sobre la universidad Julio
De Armas las plasma en sus discursos, arengas y escritos para la prensa. El eje
central es la autonomía como núcleo
fundamental para desarrollar toda la actividad propia de las casas de educación
superior. No estaba de acuerdo con la universidad elitesca, consecuencia de los
desniveles de los estratos sociales y que dividía y aun divide al país “en dos
caras”. Detectó y rechazó el hecho injusto de la existencia de una población
marginal para cuyos hijos las puertas de la universidad cerradas. El fenómeno
de la superpoblación estudiantil lo integra, en su mayoría, las clases media y
la alta; mientras la mal llamada “clase inculta” traspasan las barreras de
obstáculos imponiéndose actitudes heroicas.
Además de la universidad elitesca, De Armas
diferenciaba otros tipos de universidades:
la popular , la populista y la tradicional . El mismo afirmó: “La
primera, si es la que busca y va a l encuentro del pueblo como institución
matriz, hay que darle aliento y apoyo, cuando se vuelca a la calle, al camino,
al ámbito de las necesidades y de los problemas nacionales”
La segunda, la popular, la veía con sumo
cuidado y sujeta a la aplicación de correctivos hasta la elevación de sus
ideales para evitar el relajo desorden institucional específico.
El
fundamento del espíritu universitario, según De Armas, está en el respeto mutuo
dentro del binomio profesor-estudiante, y bajo el concepto bien entendido de la
autonomía universitaria: “Si la ejercemos a cabalidad es la auténtica
Universidad democrática, matriz fecunda, Alma Mater”.
De
Armas analiza la política dentro de la universidad y concluye que la misma
cuando tiene carácter activista es dañina para la institución, no así la
política como ciencia, ni la ideología política por convicción, independiente o
partidista. “...La politización que ha llegado a nuestras casas de estudios
superiores, pretendiendo posesionarse muchas veces de su destino, como si fuera
una casa o forum de partidos políticos de permanente y agresiva pugna,...no ha
traído sino graves perjuicios para la universidad.”
Siempre se refería a Unamuno al tocar el tema
de la política en la universidad, argumentando que el Rector Magnífico de
Salamanca la entendía como
responsabilidad en el estudio, conducta respetuosa, dedicación a la actividad
vocacional, analítica y critica para alcanzar la mejor formación y no sólo
información profesional.
CAPÍTULO
XIV
COMENTARIOS Y JUICIOS SOBRE EL DR.
JULIO DE ARMAS
“Hay que vivir
como se piensa, de lo contrario se terminará pensando como se vive”
(Albert Schweitzer)
Quienes conocieron al Dr. Julio
De Armas hablaron de su calidad humana y
competencia profesional. Darío Laguna lo catalogó como “uno de los venezolanos
más útiles de este siglo”, en una conferencia
con ese mismo nombre, en homenaje a nuestro personaje, con motivo del
Primer Congreso de Literatura Guariqueña realizado en Calabozo en 1988.
Para Laguna, De Armas es “un guariqueño
excepcional, escritor versátil de acrisolada cultura y ponderad estilo”, que ha
dedicado su vida al servicio público y conoce las raíces formativas del pueblo
llanero, conoce las emociones y sentimientos de los hombres, sabe curar las
enfermedades de sus pacientes y los males sociales de los venezolanos. Lo
compara con Simón Rodríguez, por sus ideas sobre el trabajo y la formación del
hombre; con José Maria Vargas por su probidad y la consagración a la Medicina , la educación y
el estudio de las enfermedades tropicales; con Francisco Lazo Martí por el halo
poético que animó su vida; y con Monseñor Arturo Celestino Alvarez por su
bondad y pureza del alma.
Como educador fue maestro rural y
alfabetizador de adultos hasta llegar a Profesor Titular Universitario,
Vice-Rector y Rector de la Universidad Central de Venezuela y Ministro de
Educación. Como profesor durante treinta
y cinco años al frente de de la
Cátedra de Clínica Médica es comparable, según Laguna, con
Luis Razetti, Francisco Antonio Rísquez y José Izquierdo. Como Ministros de
Educación implementó la Prima
por hijos para los maestros. Al jubilarse de la UCV fundó la Escuela de Caporales de Hatos.
De Armas se graduó de médico con honores
Summa Cum Laude el 27 de julio de 1932. Se inició como Médico Militar, con el
grado de Capitán, en la
Base Militar de Turiamo; luego ejerció su profesión en
ciudades como Maracay y Caracas, en Hospital Vargas, en Clínico de la UCV , en instituciones privadas
y en la provincia.
Como hombre de campo fue becerrero, pajarero
de conucos, aguador, recogedor de ganado, leñador, quesero, baquiano de
caminos, jinete, coleador de toros, gallero y criador de gallos de pelea,
sembrador de maíz y de pastos, abridor de picas, castrador de colmenas,
cuidador de la fauna y de la flora, albacea de los árboles y de los pájaros,
repetidor de leyendas, tasajeador de carne, volador de papagayo en la infancia
,domador de potros en la adolescencia y administrador de hatos.
Julio De Armas fue un gran defensor de la
naturaleza como Francisco Tamayo y Ricardo Montilla. Le interesaba el folklor y
el deporte de manera muy viva. Fundó la primera manga de coleo de Caracas, la Casa Guárico y organizó espectáculos deportivos
en el Nuevo Circo. En su juventud fue boxeador, campeón de coleo, jugador de
polo y futbolista. Fue diestro con la soga y a la hora de bailar un joropo
estaba entre los mejores como un llanero cabal. Fundó un museo del llano con
sillas de montar y otros implementos de la vida llanera.
En política fue Presidente de la Asamblea Legislativa
del Estado Aragua, Diputado al Congreso Nacional, candidato a la presidencia
del Estado Guárico en 1939 , Embajador en Argentina y precandidato presidencial
en 1959.
El académico llegó hasta la presidencia de la Academia Nacional
de la Medicina. Fundó
y presidió la primera Asociación de Ganaderos, miembro fundador y Director del
Banco Central de Venezuela, Presidente del Hipódromo, miembro de la Sociedad Bolivariana ,
directivo del IPASME.
El escritor se dedicó a ese oficio desde la
infancia cuando empezó a publicar el periódico “Primicias”, una hoja mecanografiada,
en 1918 en Zaraza. Ha publicado muchos libros de carácter científico , ensayos
históricos y revistas. Escribió guiones para cortometrajes, prólogos , portadas
de discos y pronunció numerosos discursos . Como narrador , afirma Laguna , De
Armas practicaba una literatura oral como los antiguos poetas griegos o los
juglares antiguos de la
Edad Media. Escribió también poemas dedicados a los pájaros y
a sus caballos preferidos. A su esposa dedicó los versos “Romance de ausencia y
pena”. Para los niños compuso el relato “El pájaro de los siete colores”.
Laguna remata su semblanza sobre Julio De
Armas haciendo hincapié en su vida activa y afortunada por la variedad de las
tareas personales y sociales que cumplió
de manera exitosa, y cree que cuando
nació “de pronto, como en los cuentos maravillosos, entró al cuarto
sigilosamente , sin ser vista, la Diosa Fortuna , se acercó al niño y lo besó
levemente…luego abrió la ventana y se fue con la brisa”.
Wolfang Larrazábal, ex-presidente de
Venezuela dijo de nuestro biografiado “Si hay hombres honestos en nuestro
país ése es Julio De armas y que con su
extraordinaria fe que tiene en los pueblos, junto con él se puede hacer bien
para la patria”
Marcelino Herrera Vegas, un destacado
cirujano argentino, le reconoce su gran labor médico social y su talento como escritor y poeta. Luego
agrega: “Sin querer ser profeta, puedo vaticinar que Ud. (Julio De Armas) culminará no sólo como médico en Venezuela,
sino que también en cualquier otra actividad que desee emprender, estándole
reservada una actuación brillante como político y parlamentario, donde se
pondrán de relieve sus descollantes condiciones”.
Bernardo Ezequiel Koremblit, escritor y
crítico argentino, celebra a De Armas como escritor, poeta y científico. “…Es
esencialmente un poeta y es suficiente y bastante leer, entre otros, los
capítulos de la Vieja
Segunda y Mis arbolitos dan sombra(del Libro Camino Real) ,
para advertir que, en prosa o en verso,
el doctor y llanero De Armas es, muy legítimamente, un compatriota de Andrés
Eloy Blanco, de Rómulo Gallegos, Mariano Picón Salas. Más tarde califica el
estilo escritural del médico guariqueño como objetivo, edificante, claro y
didáctico.
Ramón Diáz Sanchez también elogió la pluma
de De Armas, la cual , según su apreciación reflejaba los problemas del país :
“Variados en su motivos y diversos en su tónica y estructura, ellos nos dan la
medida de un pensamiento atento y honesto y la imagen de un escritor inquieto,
capaz de manejar con igual soltura la prosa y el verso”.
Lorenzo Rubín Zamora en su Diccionario Biográfico Cultural del Estado
Guárico lo califica de “Distinguido médico que , aun cuando los atractivos de
su actividades políticas, diplomáticas y literarias le han exigido absoluta consagración,
ha sido firme y consecuente con su profesión…”
Carlos Díaz Sosa lo asocia al
llano: “Cátedra viva ha sido el llano para este hombre sereno y sencillo, a
quien leemos en la prensa, escuchamos en televisión, en la cátedra
universitaria, en el consultorio, en la brega diaria por saber más del cuerpo y
del alma. La tierra en que nació y se crió le dio amplitud espiritual y un amor
transparente para su patria”. Luego agrega: “ Tal vez, lo más importante en
Julio De Armas ha sido su pasión venezolana para estudiar situaciones y
problemas, hombres, pueblos y caminos”.
Ismael Puerta Flores lo definió como “hombre preocupado y apegado a todo
aquello que requiere observación y salvaciones de pueblo y tierra”.
José León Tapia escribió: “...Julio De Armas
Mirabal fue un venezolano auténtico, de esplendida sencillez en todos los actos
de su existencia, hasta cerrar su currículo con la presidencia de la Academia Nacional
de Medicina, el más alto honor a que puede aspirar un médico. Lo conocí y
admiré desde mis años universitarios, recorrí a su lado esta llanura barinesa
hablando de Venezuela, de guerras, de caudillos, ganados, caballos, de la
medicina nacional en profunda decadencia ética, humanística y humanitaria y
hasta recordamos las colgaderas de toros en los días cuando en un alazán melao
despejaba plaza en la manga de Guayabal, para no olvidarse nunca de que era
hijo de ese pueblo...Eso era Julio De Armas, médico internista, escritor,
humanista, hombre público descendiente de lanceros independentistas, de sentimiento venezolano por sobre todo otro
sentimiento. Un ser tan enteramente nuestro, que se identificaba con el alma
nacional que no perece nunca.”
Santiago Betancourt Infante afirmó: “...Bien vale recordar a un
universitario de la talla de Julio De Armas, quien voló a las alturas de la eternidad. Recordarlo es
vivir en toda su emoción y profundidad la historia de la Universidad venezolana
en las duras pruebas de la represión política, cuando la dictadura se enseñoreó
sobrelos penachos humanos, científicos e intelectuales del Alma Mater”.
Eduardo Delpretti en una memorable entrevista que le hizo con motivo de
sus setenta años de vida, escribió: “ También como Rector le tocó participar en
el proceso de formación dela entonces Escuela de Periodismo, cuyos promotores
tenían andando el proyecto. Gradúa a la primera promoción de periodistas de la Central , entre ellos a
Miguel Otero Silva, María Teresa Castillo de Otero, Casado, Vellorí, Lourdes
Morales y J. M Siso Martínez”.
Adolfo Rodríguez anotó en uno de
sus innumerables artículos periodísticos anotó: “Creo que Julio De Armas alguna
vez usó un seudónimo muy consecuente con uno de sus afectos: Julio Del Llano.
Pero pudo usar tantos otros correspondientes a esa fiera voluntad de hacer y
crear vida...”. Luego Rodríguez le adjudica varios epítetos a De Armas: Julio
de la Universidad ,
Julio de la Amistad ,
Julio de las Tertulias, Julio de la Tradición , Julio de los
Toros Coleados; y como abarcó todos los caminos y todos los sueños nunca dejará
decaer JULIO DE LA VIDA.
Por último Concepción Rachadell le dedicó unos cuartetos:
AL DOCTOR JULIO DE ARMAS
Julio De Armas, médico famoso
que practicas el bien con
caridad
eres como tu padre generoso
de un alma noble, plena de
bondad.
Para ti la medicina es
sacerdocio
y la ejerces honrada y
noblemente
no has hecho de tu ciencia un
negocio
ni eres al infortunio
indiferente.
Con la grandeza de un alma
generosa
y la hidalguía de un corazón
sincero
sabes ejercer tu profesión
honrosa
y eres un perfecto caballero.
¿Quién no siente por ti vivo
cariño
por esa sencillez que nunca
pierdes,
por ese ingenuo corazón de niño
que se retrata en tus pupilas
verdes?
Aristóteles una vez afirmó que en la poesía
hay más verdad que en la historia. Por eso sirvan estos versos para cerrar este
esbozo biográfico sobre Julio De Armas, un venezolano ejemplar que vivió
intensa y útilmente su vida como la pensó.
BIBLIOGRAFÍA
Academia
Nacional de Medicina. Los Médicos en la Batalla de Carabobo. Imprenta del Ministerio de
Educación. Caracas. 1972.
Archila,
R. Bibliografía Médica Venezolana. Imprenta Nacional. Caracas. 1956.
Betancourt,S.
Julio De Armas, El Universitario. El Carabobeño.3.08.1990.
Briceño-Iragorry,
L; Puigbó, J; López, J. Minibiografías de médicos venezolanos. Editorial
Ateproca. Caracas. 2003.
Briceño-Maaz,
T. Academia Nacional de Medicina. Prontuario. Tipografía de Miguelangel García
e hijo. Caracas.1994.
Delpretti,
E. Un médico inclinado sobre el surco y tras la huella del rebaño.El
Nacional.26.1.1978.
Díaz,
C. Foro con el Dr. Julio De Armas. El Nacional. Cuerpo C. Pag. 1. 24 de abril
de 1967.
De
Armas, J. A. Zaraza. Biografía de un pueblo .Ediciones UCV. Carcasa. 1978.
De Armas , J. Presencia de un hombre. Biografía de mi
padre. Artes Gráficas
Bartolomé
U. Chiesino, S. A. Buenos Aires. 1962.
-----Campaña
de sanidad militar en Turiamo. Documento s/f.
-----Hombres
y Palabras. Editorial Sucre. Caracas.1957.
-----Las
leches de consumo y su problema en la higiene infantil. Tesis Doctoral. Lit. y
Tip. Casa de Especialidades. Caracas. 1932.
-----El
problema de la insalubridad rural en el Estado Guárico. Editorial El Ateneo.
Buenos Aires. 1944.
-----Discurso
pronunciado en la Fiesta
del árbol. Ediciones del Ministerio de la Cultura y Bellas Artes. Caracas.1958.
-----General
Florencio Jiménez Madrid.Fondo Editorial IPASME. Caracas. 1989.
-----La
ganadería en Venezuela. Ensayo histórico. Imprenta del Congreso de la República. Caracas.
1974.
-----
Camino Real. Editorial América Nueva. Mexico, D.F. 1959.
-----Discurso
de Recepción como Doctor Honoris Causa de la Universidad Santa
María. 1984.
--- . ---
Febres-Cordero.
F. Contribución a la Historia
de la Sociedad Venezolana
de Historia de la Medicina. Miguel
Angel García e Hijo. Caracas. 1991.
Jiménez-Arraiz,
J. Promociones Médicas de la UCV ,
de 1924 a
1953. Tipografía Remar. Caracas. 1978.
---- 22
Promociones Médicas. Tipografía Remar. Caracas.1970.
Laguna,
D. Julio De Armas. Uno de los venezolanos más útiles de este siglo. Fondo
Editorial IPASME. Caracas. 1989.
Leal,
I. Historia de la UCV. Ediciones
del Rectorado de la UCV. Caracas.
1981.
Lopez,
J. Discurso con motivo del XXX Aniversario de la Promoción Julio De
Armas. Gaceta Médica de Caracas. Año XCIV-Nros 4-5-6. Caracas.Abril-junio de 1986.
Malaspina
E. Historia de la Medicina
en el Estado Guárico. Gráficas Los Morros. San Juan de los Morros. Edo.
Guárico. Venezuela. 2004.
Natera,
F. Una promoción de médicos que escuchó las clases de pié. El Nacional. 8 de
abril de 1956.
Premio
Henry Pittier 1953. Dr. Julio De Armas. Publicación de laSociedad de
Estudiantes reingeniería Agronómica. Universidad Central de Venezuela. Maracay.
1954.
Puigbó,
J; Briceño-Iragorry,L. Centenario de la Academia Nacional
de Medicina.(1904-2004) Editorial
Ateproca. Caracas. 2004.
Plaza,
F. Doctores venezolanos de la Academia Nacional de Medicina. Fundación Editorial
Universitaria. Caracas. 1996.
Promoción
Médica “Dr. Leopoldo Aguerrevere”. Biografías Breves. Editorial Sucre.
Caracas.1957.
Rachadell,
C. Sencillos Apuntes. Gráficas Los Morros. San Juan de los Morros. 207.
Rodríguez,
A. Julio de la Vida. Folleto
mimeografiado. Diciembre de 2002.
Rodríguez,
C. Glosa de la Silva Criolla
a un bardo amigo. Talleres Gráficos Universitarios. Merida. 1980.
Romero,
G. Bosquejo patobiográfico del general Juan Vicente Gómez. Revista de la Sociedad Venezolana
de Historia de la Medicina.Volumen
XXXI. Número Extraordinario .Edición de Ministerio de Sanidad
y Asistencia Social. Caracas. 1982.
Romera,
R. La Figura
de hoy: Julio De Armas Mirabal. 2001 del 09.05. 1984..
Rubin,
Z. l. Diccionario Biográfico Cultural del Estado Guárico Gráficas Herpa
.Caracas. 1974.
Tapia,
J.L. Julio De Armas. El Nacional.22.07.1990.
Torrealba,
J. Pequeños Apuntes sobre algunas familias del Oriente del Guárico y en
especial de Zaraza. Editorial
Grafolit. Caracas. 1950
Una
actitud Liberal. El Personaje: Julio De Armas. Revista Signo. Caracas. 1951.
HOJA CURRICULAR DEL AUTOR
Edgardo Malaspina ( Las Mercedes del Llano, Edo. Guárico, 1959)
Médico.
Ph.D en Medicina.Magister Scientarum en Historia de Venezuela Individuo de
Número de la
Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina . Miembro de la Sociedad Venezolana
de Médicos Escritores . Ex -Director y
ex -Decano de Postgrado de la Universidad Rómulo
Gallegos; y profesor Asociado de
Historia de la Medicina , Arte y Cultura
del Área de Ciencias de la Salud
de la misma institución. Dirigió la revista científica universitaria “Lúmen”. Premio Andrés Eloy Blanco, mención Poesía de la Federación Médica
de Venezuela, 2007.Condecorado con las ordenes : Francisco Lazo Martí, Joaquín
Crespo, Julián Mellado, Don Nicanor Rodríguez, Botón de la Ciudad de San Juan de los
Morros y Monseñor Rodríguez Alvarez.
Ha publicado las siguientes obras :Perfil
Clínico de un pueblo en desarrollo (1993), La coagulación intravascular
diseminada (1995), Retazos (Historia de Las Mercedes del Llano)(1995), Breviario de Andantes (1996), Las Mercedes
del Llano, más de un siglo de historia (1997), La ética en el arte (1998),
Literatura y Medicina (1998) , Historia de la Medicina en la Antigüedad (2003) ,
Historia de la Medicina
en el Estado Guárico (2004), y Elementos
de Versoterapia (2007)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)